Un excombatiente se reencontró con el diario que escribió durante la guerra

Telam

07/03/2020 MALVINAS

Sergio Daniel Stechina, ex combatiente y oriundo del sur santafecino, vio el documento expuesto en las vitrinas del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en la ciudad de Buenos Aires


Un excombatiente argentino de la guerra de las Malvinas se reencontró con el diario que escribió durante el conflicto bélico en las islas, luego de 38 años, al visitar el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en la ciudad de Buenos Aires, donde ese documento está expuesto en sus vitrinas.

Así lo reveló el Museo Malvinas al señalar que Sergio Daniel Stechina, ex combatiente y oriundo del sur santafecino, no supo del destino de su «diario de guerra» hasta que una familia de la ciudad de Avellaneda, en Santa Fe, recorría el Museo y se detuvo a ver la sala de documentos y objetos significativos de la guerra de las Malvinas.

«Grande fue nuestra conmoción, ya que el Barrio Don Pedro está a unas cinco cuadras de la casa de mis viejos, a ochocientos kilómetros de la mía ahora. Don Rogelio Stechina, quien falleció hace unos seis años, es el papá de Fabián, un compañero de primaria al que apodábamos ‘Gallo'», describió José Luis Aguilar, miembro de la familia que visitaba el Museo.

Aguilar terminó de enlazar la sorprendente historia al contar que «Fabián es hermano de Sergio, quien combatió en Malvinas», según el sitio web del Museo.

En 2015, para el primer aniversario del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, el Estado argentino donó a la institución una serie de documentos y objetos hallados en las islas para ser exhibidos en el recorrido museográfico. Y entre ellos se encontraba una libreta o diario escrito durante la guerra por Sergio Stechina, y ese material o estaba expuesto juntos a otros documentos en una parte de la exhibición permanente del Museo denominada «Diarios de Guerra».

Apenas Aguilar y su familia regresaron a Avellaneda se contactaron con la familia Stechina.

Sergio hace muchos años que vive en la ciudad de San Lorenzo, cerca de Rosario, y en el conflicto bélico estaba en las Islas, en el frente de batalla, informa el Museo.

En el diario, Schetina cuenta que salieron a hacer una misión, y cuando volvió a su base en Darwin se encontró que con las tropas británicas que habían ocupado el lugar.

Ante su inminente captura, coloca en un morral en el que llevaba llevaba el diario, una cámara fotográfica y un machete; esconde todo bajo unas piedras para que no caigan en poder del enemigo, y después de la caída de Darwin, Sergio da por perdidas sus pertenencias.

Hoy, Sergio, de alguna manera, vio hecho realidad el pedido que había escrito, a modo de portada, en su diario.

Luego de explicar cómo va a escribir su diario, aclara en el documento: «Si llego a caer en cumplimiento del deber, el que lo encuentre (al diario) lo haga llegar a esta dirección: Rogelio L. Stechina, Barrio ‘Don Pedro’, (3561), Avellaneda, Santa Fe».

El destino quiso que Sergio no perdiera la vida en la guerra de las Malvinas, y que hoy pudiera revivir con emoción sus seguramente más fuertes y marcadas experiencias de vida.

“Nunca pensé que me iba a reencontrar con esto”, dijo el ex combatiente lueog de que el director del Museo, el también veterano de guerra Edgardo Esteban, le entregara la libreta en sus manos.

La gran reivindicación de Diego, después de tanto dolor y tanta mentira

Por Nora Lafon

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El carácter simbólico de una acción deportiva que resultó, a su modo, un homenaje a los argentinos caídos en el Atlántico sur en defensa de la Patria.

El gol del barrilete cósmico.

Al celebrar este 22 de junio, gritando al unísono a las 16: 09 por los 35 años del inolvidable gol de Diego Armando Maradona a la selección inglesa que motivó su eliminación del Mundial de Fútbol México 1986, me puse a pensar por qué para Diego había sido tan importante convertirlo por y para los argentinos. Sospecho que tal vez pensó en esos jóvenes soldados que, sin entender las razones, de pronto se encontraron combatiendo en una guerra decidida de manera irracional.

Por eso, remontándome a ese tiempo es donde presumo voy a encontrarme con todas las respuestas.

Antes, debo hacer algunas aclaraciones. En los años de plomo y luego de algunos inconvenientes que tuve para seguir adelante con mi profesión, logré en 1979 que me tomaran en el diario Crónica que ya funcionaba en el edificio de la avenida Garay. Me destinaron a producir y redactar un nuevo suplemento semanal de televisión.

El gol del siglo que hasta los ingleses recuerdan maravillados.El gol del siglo que hasta los ingleses recuerdan maravillados.


Sin duda, aquel era un destino complicado para mí, dado que había sido despedida definitivamente de Canal 13 en junio de 1976, aunque no podíamos acceder a la emisora desde el 24 de marzo, por integrar una lista de compañeros a los que nos habían aplicado la peor de las tres fórmulas que disponía la dictadura para estos casos. Es decir, prácticamente nos consideraban subversivos.

Como resultado, en ese canal tenía absolutamente prohibida la entrada. Lo cual complicaba la realización del suplemento. Pero de alguna manera me las arreglé

Tres años más tarde se inició el desembarco en Malvinas y se desató la guerra. Previo a proseguir con la historia, porque tiene mucho que ver con lo que quiero relatarles, valga una semblanza de mi hermano Agustín, que en ese entonces, por razones laborales, estaba residiendo en Río Gallegos. Desde chico su sueño había sido pertenecer a la aeronáutica. Por un inconveniente no pudo hacerlo, pero igual se convirtió en un experto en cuanto a conocimiento de los aviones que participaron en diferentes guerras y hasta podía identificarlos por el sonido al despegar o aterrizar. Esto viene a cuento por lo que pasó a partir del inicio de la guerra de Malvinas.

http://www.youtube.com/embed/rP2qk7Smuk0Los medios argentinos durante la guerra de Malvinas.
En una época sin celulares, whatsapps o laptops, solía llamarlo por teléfono desde la redacción. Comenzado el conflicto, una noche me comentó muy angustiado: “Nora, los aviones despegan, pero no vuelven todos”. Obviamente se refería a los nuestros. Y esto se fue repitiendo en tanto los diarios nos daban por absolutamente victoriosos.

Una noche, Agustín agregó algo más. “Según me contaron, estos imbéciles se dejaron las cocinas… y ahora es imposible llevarlas… ¡Qué irresponsables! ¿te imaginas los pibes con el frio que hace en las islas, que no puedan tener un plato caliente para comer?”.

Claro, no las pudieron llevar porque no había ninguna posibilidad de un puente aéreo y por eso tampoco llegaron las bufandas y abrigos que con tanta pasión tejían en el Obelisco madres y abuelas.

Los jóvenes combatientes que fueron llevados por la junta militar a una guerra absurda.Los jóvenes combatientes que fueron llevados por la junta militar a una guerra absurda.


Por supuesto, las noticias seguían siendo más que alentadoras desde los diarios y la televisión. Estábamos ganando. No perdíamos ni un sólo avión. Y hasta se aventuraron a decir: “Ahora dicen que nos van a mandar a los gurkas. ¿Se imaginan? Esa gente se va a morir de frío antes de comenzar a pelear. Los ingleses ya no saben qué hacer, están desorientados por nuestra capacitación”.

Sin embargo, nos hundieron el crucero General Belgrano. Pero, según la información oficial que nadie desmentía, les respondimos hundiendo el Camberra.

Los argentinos vivimos engañados sobre el desarrollo de la guerra.Los argentinos vivimos engañados sobre el desarrollo de la guerra.


Casi simultáneamente nos llegó el momento de partir hacia Madrid para cubrir el color del Mundial de Fútbol 1982 para la revsita Radiolandia, y cuando llegamos nos sorprendió un verdadero cachetazo: Nos enfrentamos con lo peor de las mentiras. Todo, todo lo referente a la guerra era una mentira que aparecía revelada en las pantallas de Europa. Hasta el barco que nos contaron que habíamos hundido sonreía en dique seco mientras le hacían algunas reparaciones insignificantes. Y, por supuesto, pasaban la nómina de los aviones abatidos.

Con esa enorme decepción difícil de metabolizar, dos días después, el 14 de junio, nos llegó otro golpe: se había formalizado la rendición. Ese cúmulo de mentiras no representaba cualquier engaño. Eran el costo de muchas vidas y una notable frustración para todo un país. Y eso no sólo nos afectó a los periodistas; también lo sintieron, y mucho, los propios jugadores que vestían la camiseta argentina. Estaban derrotados anímicamente al comprobar la farsa a la que habían sido sometidos.

"En ese gol imposible de convertir Diego quiso reivindicar a todos nuestros muchachos que perdieron la vida".«En ese gol imposible de convertir Diego quiso reivindicar a todos nuestros muchachos que perdieron la vida».


Recordando ese tiempo es posible encontrar lo que movió a Diego a realizar la gran hazaña. Estoy convencida de que en ese gol imposible de convertir, para el cual recorrió más de cincuenta metros en unos segundos, quiso reivindicar a nuestros muchachos que perdieron la vida, o quedaron para siempre inválidos, o a los que fueron torturados y a las madres que lloraron su pérdida, a todos los argentinos que nos ilusionamos en recuperar lo que por derecho nos pertenece y que siempre seguiremos reclamando.

Una vez más, como en tantas otras, Diego Armando Maradona, “el Diego”, convirtió el gol insignia de toda una Patria. La suya. Nunca dejaremos de agradecérselo. Aunque pasen 50, 100 años, ese será el gol más reivindicativo de la historia. ¡Gracias, Diego!

“Mi club y Malvinas” – Museo Malvinas

Concurso Federal de Murales: “Mi club y Malvinas”

En el marco de un nuevo aniversario del inicio del conflicto bélico, la AMIA donó a nuestro Museo la obra “El hundimiento” de Eduardo Faradje en homenaje a los caídos en Malvinas. En una iniciativa de “Murales por la Memoria”, creada por AMIA y SIGEN.

El Ministerio de Cultura, a través de nuestro Museo, la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería y la Federación de Organizaciones Deportivas de la Argentina; lanzaron un certamen de murales sobre las Islas Malvinas. Se trata de una iniciativa que propone una mirada positiva sobre el archipiélago y busca concientizar acerca de la naturaleza bicontinental del territorio nacional. Con el objetivo de contar con 188 murales realizados por los clubes, uno por cada año de la usurpación británica en las islas; estas acciones también son un anticipo de las actividades que se llevarán a cabo el próximo año en conmemoración al 40° aniversario del desembarco en Malvinas.