A 42 años de dos hechos heroicos de Malvinas

Se cumplen en estos días cuarenta y dos años del artero ataque al ARA crucero Manuel Belgrano, durante la guerra del Atlántico Sur. En la tragedia perdieron la vida 323 tripulantes. También se evoca en estas jornadas el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina. La comunidad argentina recuerda con respeto y admiración a los marinos que componían la tripulación del barco de la Segunda Guerra Mundial y a los aviadores que pelearon por nuestras islas.

29 de abril de 2024

Editorial

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Hundimiento del Crucero Manuel Belgrano durante la guerra de las Islas Malvinas en 1982
Hundimiento del Crucero Manuel Belgrano durante la guerra de las Islas Malvinas en 1982

El 2 de mayo se cumplirán cuarenta y dos años de la mayor tragedia naval en la historia de la Armada argentina, un hecho que marcó un antes y un después en la guerra de Malvinas: el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, en el que perdieron la vida 323 tripulantes y 770 lograron sobrevivir no solo al ataque con dos torpedos y las penurias de la tormenta y las bajas temperaturas en altamar. El recuerdo de ese episodio es oportuno en esta hora en la cual deben reafirmarse sin titubeos las políticas oficiales por la soberanía argentina de las Islas Malvinas.

Malvinas, honra a los héroes de la gesta

No debe olvidarse que la operación de destruir al viejo navío de la Segunda Guerra Mundial fue realizada cuando el crucero surcaba el Atlántico Sur, fuera del área de la ‘zona de exclusión’ de 200 millas de radio, y por tanto su ataque con torpedos fue considerado un crimen de guerra.

La calificación del hundimiento del Belgrano como un crimen de guerra ha sido sostenida por distintos autores y especialistas en temas bélicos. Pero los ingleses tienen una historia oficial y no se han apartado de la misma en ningún momento, según la cual fue un hecho de guerra legítimo.

El viejo Phoenix, tal la denominación originaria del barco cuando estuvo en el ataque japonés a Pearl Harbor, llevaba a bordo 1.093 tripulantes, de los cuales 323 quedaron en las profundidades del Atlántico.

Siempre se ha mencionado el alto número de víctimas fatales producidas en este episodio en el mar, dado que en todo el conflicto de la guerra contra los ingleses los caídos fueron 649 compatriotas.

El Reino Unido nos quiere lejos de Malvinas

Corresponde recordar a los once mendocinos que perdieron la vida en el hundimiento del Belgrano: Miguel Alberto Alfaro, Juan Domingo Bedini, Néstor Daniel Castro, Juan Miguel Escudero, José Dante Faur (General Alvear), José Carlos Granado (San Rafael), Osvaldo Francisco Martínez (Luján de Cuyo), Eduardo Elías Miguel, Gerardo Nicolás Miranda, Sergio Daniel Moyano e Ibanor Navarro (Monte Comán).

En distintas partes de la provincia habrá ceremonias de homenaje a los hombres del Belgrano. Uno de esos encuentros se hará en el Concejo Deliberante de la ciudad de Mendoza, el 2 de mayo, a las 15.30, con la presencia de extripulantes, entre ellos sanjuanino Daniel Agüero (64), último timonel de maniobras del barco enviado a pique de manera artera.

Asimismo, en primer día de mayo se evoca el bautismo de fuego de los hombres y aviones de la Fuerza Aérea Argentina.

La rememoración tiene que ver con aquel sábado 1º de mayo de 1982, en que nuestra Fuerza Aérea abrió fuego por primera vez contra unidades extranjeras con el objeto de repeler el ataque de la Fuerza Aérea británica sobre nuestras Islas Malvinas.

Islas Malvinas, después de Davos

El 1° de mayo, a las 4.40, los ingleses comenzaron a bombardear con aviones Vulcan y Sea Harrier los dos aeródromos militares de la FAA en Puerto Argentino y Puerto Darwin y enviaron buques del grupo de asalto anfibio a las costas malvinenses. A las 16 de ese día, la FAA libró la primera batalla en su historia para impedir esa acción, lo que constituyó su bautismo de fuego.

Como consecuencia de esa acción heroica fallecieron el capitán Gustavo García Cuerva, los primer tenientes Mario Hipólito González y José Leónidas Ardiles, los tenientes Daniel Antonio Jukic y Eduardo Raúl de Ibáñez, los cabos Mario Duarte, Juan Antonio Rodríguez, Miguel Ángel Carrizo, José Alberto Maldonado, Agustín Hugo Montaño, José Luis Peralta, Luis Brashich y los soldados Héctor Ramón Bordón y Guillermo García.

LOS DEMONIOS DE PONY PASS, INFANTES DE MARINA ARGENTINOS EN MALVINAS


Malvinas: RECUERDAN LOS 40 AÑOS DE BATALLA DE PONY PASS

Un jujeño fue protagonista principal de una de las batallas más duras que se libró durante la guerra de Malvinas.

elexpresodejujuy.com.ar

22/05/2022

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Roberto Tejerina Vaca, oriundo de la localidad de Palma Sola es uno de esos tantos héroes que siguen con sus recuerdos intactos y nos transmiten sus experiencias: «40 años después de la Batalla de Pony Pass en Malvinas, aún retumban en mis oídos el fragor del combate, el tronar de la Artillería y el tableteo de la metrallas, los gritos de mis jefes de grupos pidiendo un médico para sus heridos, el fuego incesante del la MAG del conscripto Rava, Patrone e Iñiguez, que caían mortalmente heridos. A pesar de inferioridad numérica y volumen de fuego enemigo, parte de la Compañía Obra inició el Combate retardante (desprendernos del enemigo con fuego y movimiento) con el apoyo de la Sección Armas a cargo del Jefe de Ca.

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Los Grupos de tiradores a mis órdenes logramos el objetivo de alcanzar la nueva Posición (llamada «La Cantera»), 600 mts a retaguardia.

En este tipo de operaciones es difícil la conducción de un Jefe de Ca. o Sección, dependiendo solo de los Jefes de Grupo y de Pelotón con conocimientos plenos de la misión encomendada y es lo que pasó. Los jóvenes Cabos Jefes de grupos y los Conscriptos Jefes de Pelotón hicieron gala de lo que aprendieron en campo de Instrucción en las duras campañas de invierno del Batallón 5 en la geografía de Río Grande Tierra del Fuego, con munición de guerra y apoyos de Artillería y Aviación Naval. (Quizás por eso los Jefes del Batallón Galés) decían y dicen aún hoy haberse topado con un Batallón de Comandos, apenas éramos una Sección Reforzada, con Lanzacohetes, misiles San 7, Morteros de 60 mm.

Nuestras bajas 3 muertos y 7 heridos incluidos un Cabo 2do y el Jefe de Ca. que a Dios gracias se recuperaron bien, de acuerdo a la información de nuestro Comandante Robacio (QEPD), cuando estaba prisionero en San Carlos pudo hablar con el jefe del Batallón Galés quien le expresó que tuvo una importante cantidad de muertos y heridos, tanto por el fuego de nuestra Ca y también por la Artillería y los campos minados. Su cálculo fue de 7 bajas enemigas  por cada uno de los nuestros.

No somos superhombres, solo somos Soldados Instruidos e hicimos lo que aprendimos en el campo de Instrucción.

Hay un dicho de un General Americano de la 2da Guerra Mundial que dijo: «EN LA GUERRA NO SE APRENDE, SE APLICA LO QUE SE SABE».

GLORIA Y HONOR A NUESTROS HÉROES CAÍDOS EN DEFENSA DE LA PATRIA Y NUESTRA BANDERA».

Declaran el 2022 como «Año de los Héroes de Malvinas»

Es para honrar a quienes ofrendaron su vida para defender nuestra soberanía al cumplirse el año próximo 40 años de la gesta patriótica.

Información General. 27 de diciembre de 2021

Junto a representantes de las tres asociaciones de veteranos de guerra de Luján, el intendente Leonardo Boto declaró el año 2022 “Año de los Héroes de Malvinas”, con el propósito de honrar a quienes ofrendaron su vida para defender nuestra soberanía al cumplirse el año próximo 40 años de la gesta patriótica.

Lo hizo el jueves pasado en un acto que se celebró en el Monumento a los Caídos en Malvinas y que también contó con la presencia de referentes de la Asociación PAyS, la Junta Municipal de Estudios Históricos, funcionarios del Ejecutivo y concejales. 

“Tal como lo venimos haciendo en diversos edificios municipales, esta es una ocasión para redoblar los esfuerzos y seguir malvinizando. Por eso dispusimos que todos los documentos oficiales del Municipio hagan referencia al 40º aniversario de esta gran gesta y tomamos la decisión de construir una agenda de trabajo conjunto para que durante todo el 2022 tengamos actividades que nos permitan seguir recordando y recuperando el espíritu de esos hombres que dejaron todo por la Patria”, señaló el intendente. 

Entre los fundamentos del decreto se destaca que el próximo año se cumplirán “cuarenta años de la Guerra de Malvinas”, en tanto se subraya que la Causa Malvinas “es el máximo motivo de unión nacional”. 

Asimismo, se recuerda que en las acciones bélicas iniciadas el 2 de abril de 1982 “más de cien lujanenses combatieron con honor y patriotismo y tres de ellos murieron defendiendo la soberanía de nuestra Patria”.

Por otra parte, sostiene que Luján “siempre le rindió homenaje a nuestros combatientes, construyendo el primer monumento por los Héroes de Malvinas en el año 1984”, y que “esta gestión de gobierno está orgullosa de los Veteranos de Guerra de Luján y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, y rinde sentido homenaje a todos ellos, reconociéndolos como auténticos Héroes”.

Sobre este punto, señala que “en el año 2020, mediante el Decreto Nº 492, se impulsó la colocación del mapa de las Islas con las leyendas “Las Malvinas son Argentinas” y “Héroes de Luján Enrique Joaquín Hüdepohl, Jorge Nicolás Politis y Rubén Alberto Torres”, en cada dependencia del Ejecutivo y vehículo municipal”.

Además, en el Palacio Municipal se inauguró el Salón Héroes de Malvinas y en el Hospital se colocó una imagen de las Islas para continuar sembrando memoria e identidad.

Acompañaron el acto Abel Rausch, por la Asociación de Veteranos de Guerra, Julio Galar, por la Unión de Veteranos de Malvinas, Enrique Álvarez, por el Centro de Veteranos de Guerra, José María Caricatto, por PAyS, el Jefe de Gabinete, Matías Fernández, el Secretario General de la Intendencia, Abel Rausch, el Secretario de Gobierno, Silvio Martini, el Concejal Ariel Notta y el coordinador de la Junta Municipal de Estudios Históricos, Juan Carlos Villarreal, entre otros.

www.elcivismo.com.ar

El Comité de la Cruz Roja confirmó que no hubo nuevos hallazgos de excombatientes argentinos

22/08/2021 18:31 – MALVINAS

La confirmación llegó dos días después de que el mismo ente encontrara restos de cinco personas en la exhumación realizada sobre una tumba colectiva C.1.10, en el cementerio de Darwin.

El proceso de identificación de los soldados argentinos se inició en 2012.

El proceso de identificación de los soldados argentinos se inició en 2012.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó que no hubo nuevos resultados en las excavaciones realizadas en la Caleta Trullo, Islas Malvinas, ya que no se encontraron restos que pudieran corresponder a excombatientes argentinos.

La misión está a cargo del CICR en el marco del desarrollo de la segunda etapa del Plan Proyecto Humanitario (PPH2) para la identificación de restos de excombatientes argentinos caídos en la Guerra de Malvinas de 1982.

https://www.telam.com.ar/notas/afirman-no-hubo-nuevos-hallazgos-de-excombatientes-argentinos

El CICR, que realiza en las islas Malvinas una nueva etapa de identificación de excombatientes argentinos caídos en la guerra de 1982, notificó al Estado argentino y británico que no se halló material de personas en la zona de Caleta Trullo, a 60 kilómetros de Puerto Argentino, según informaron desde el Comité Internacional de la Cruz Roja.

El secretario de Asuntos Relativos a Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, había confirmado el jueves pasado que el equipo forense del CICR, luego de trabajar en la tumba colectiva C.1.10, se trasladaría a Caleta Trullo «con el propósito de realizar la búsqueda e identificación de una posible tumba de guerra temporaria, que podría contener restos de soldados argentinos no identificados». Sin embargo, este domingo se confirmó que no hubo hallazgos.

Confirmaron que no hubo nuevos resultados en las excavaciones.Confirmaron que no hubo nuevos resultados en las excavaciones.
El próximo 26 de agosto el jefe del equipo forense, Luis Fondebrider, viajará desde las Islas Malvinas a la ciudad de Córdoba para llevar las muestras de tejido esquelético encontrados el pasado jueves al Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (LGF-EAAF), cuyos resultados se esperan para fines de octubre.

El proceso de identificación de los soldados argentinos se inició en 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se envió una carta al CICR para solicitar su intervención.

Luego en 2013 se conformó un equipo de trabajo bajo la coordinación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para elaborar protocolos que permitieran obtener información de cada familia sobre su ser querido caído en Malvinas y en el año 2016, se firmó el acuerdo entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido por el cual se encomendó a la Cruz Roja la tarea de identificación de 121 tumbas (122 cuerpos) en el Cementerio de Darwin, cuyas lápidas decían:

«Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios».

Hallan restos de cinco soldados argentinos en la tumba C.1.10. del cementerio de Darwin

19/08/2021 21:45 – MALVINAS

El Gobierno nacional celebró los avances preliminares del equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)  en las islas Malvinas. Originalmente se pensaba que en esa tumba colectiva estaban los restos de cuatro soldados caídos.

Se trata de la segunda etapa del Plan Proyecto Humanitario (PPH2) para la identificación de restos de excombatientes argentinos caídos en la Guerra de Malvinas de 1982.Se trata de la segunda etapa del Plan Proyecto Humanitario (PPH2) para la identificación de restos de excombatientes argentinos caídos en la Guerra de Malvinas de 1982.

El Gobierno nacional celebró los avances preliminares del equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que realiza en las islas Malvinas una nueva etapa de identificación de soldados argentinos caídos en la guerra de 1982, con el hallazgo de restos de cinco personas, y no de cuatro como se pensaba originalmente en la exhumación realizada sobre una tumba colectiva C.1.10, en el cementerio de Darwin.

En una conferencia de prensa ofrecida este jueves por la tarde en el Palacio San Martin, el secretario de Asuntos Relativos a Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, y el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, brindaron detalles sobre el desarrollo de la segunda etapa del Plan Proyecto Humanitario (PPH2) para la identificación de restos de excombatientes argentinos caídos en la Guerra de Malvinas de 1982.

El trabajo reciente habla de, al menos,cinco soldados en la tumba C.1.10. Foto: Alfredo Luna.El trabajo reciente habla de, al menos,cinco soldados en la tumba C.1.10. Foto: Alfredo Luna.

Filmus y Mena se refirieron al anuncio realizado previamente por el equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja, también en una conferencia de prensa, donde se informó que en la exhumación realizada el miércoles sobre una tumba colectiva se encontraron restos de cinco personas y no de cuatro como se pensaba originalmente.

Filmus inició su intervención agradeciendo al equipo internacional de seis expertos forenses -entre ellos dos argentinos-, coordinado por el CICR, por el «enorme esfuerzo» puesto en posibilitar el inicio de la del Segundo Plan de Proyecto Hum (PPH 2).

El secretario informó que en el marco del trabajo que realiza el equipo forense se «encontraron preliminarmente restos de al menos cinco personas, cuando la presunción era de cuatro» enterrados en esa tumba múltiple lo que, sostuvo, «permite avanzar sobre la identificación de un soldado más».

https://www.telam.com.ar/notas/argentina-islas-malvinas-identificacion-tumbas-soldados.html

En ese sentido, adelantó que el próximo 26 de agosto el jefe del equipo forense, Luis Fondebrider, viajará desde las Islas Malvinas a la ciudad de Córdoba para llevar las muestras de tejido esquelético al Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (LGF-EAAF), cuyos resultados se esperan para fines de octubre.

Filmus confirmó además que este viernes el equipo forense del CICR se trasladará a Caleta Trullo «con el propósito de realizar la búsqueda e identificación de una posible tumba de guerra temporaria, que podría contener restos de soldados argentinos no identificados».

«Quiero agradecer por parte del gobierno argentino a la Cruz Roja por el enorme esfuerzo que ha realizado para poder iniciar esta segunda etapa del proyecto humanitario en el cementerio de Darwin, en la tumba C.1.10», agregó el funcionario.

Filmus adelantó que el próximo 26 de agosto el jefe del equipo forense, Luis Fondebrider, viajará desde las Islas Malvinas a la ciudad de Córdoba para llevar las muestras de tejido esquelético al Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de AntFilmus adelantó que el próximo 26 de agosto el jefe del equipo forense, Luis Fondebrider, viajará desde las Islas Malvinas a la ciudad de Córdoba para llevar las muestras de tejido esquelético al Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Ant

Como Filmus, a su turno, Mena agradeció también a la CICR por encabezar «uno de los proyectos humanitarios más conmovedores de los últimos años en torno a la identificación de soldados argentinos que no estaban identificados en el Cementerio de Darwin.»

Ambos funcionarios remarcaron que el proceso de identificación de los soldados argentinos se inició en 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se envió una carta al CICR para solicitar su intervención con el objetivo de hacer posible la identificación de los restos de los combatientes fallecidos y enterrados como NN en el cementerio de Darwin.

En ese sentido, Filmus enfatizó que el proceso de identificaciones constituye «una verdadera política de Estado», que tuvo su continuidad durante la administración de Mauricio Macri y que fue retomada por el actual Gobierno.

Recordaron que en 2013 se conformó un equipo de trabajo bajo la coordinación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para elaborar protocolos que permitieran obtener información de cada familia sobre su ser querido caído en Malvinas.

Desde entonces, un equipo constituido por miembros del EAAF, funcionarios de los ministerios de Justicia y Desarrollo Social más la Escribanía General de Gobierno y el Centro Ulloa de asistencia psicológica realizó entrevistas y tomó muestras en todo el país a los familiares de los combatientes fallecidos, con el objetivo de crear un banco de sangre.

Finalmente, en diciembre de 2016, la Argentina y el Reino Unido firmaron el primer acuerdo para iniciar las tareas de identificación en junio de 2017 y cuatro años después, en marzo pasado, se firmó el segundo acuerdo para posibilitar los trabajos en las islas, que comenzaron esta semana.

Mena: "Vencimos enormes dificultades, pero con la Cruz Roja y su equipo pudimos dar respuesta los familiares y honrar a nuestros héroes de Malvinas con su nombre en cada tumba como corresponde" Foto: Alfredo Luna.Mena: «Vencimos enormes dificultades, pero con la Cruz Roja y su equipo pudimos dar respuesta los familiares y honrar a nuestros héroes de Malvinas con su nombre en cada tumba como corresponde» Foto: Alfredo Luna.

En tanto, el julio pasado el embajador argentino ante los Organismos Internacionales en Ginebra, Federico Villegas, su par británico Simon Manley, y el vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Giles Carbonier, suscribieron los instrumentos internacionales que permitirán avanzar en la búsqueda e identificación de una posible tumba de guerra temporaria en Caleta Trullo.

Con la misma perspectiva humanitaria que tuvo la primera fase iniciada en 2012 con el primer Plan de Proyecto Humanitario, estos acuerdos tienen el fin de llegar a la identificación de los restos de los soldados argentinos que lucharon por la recuperación del ejercicio de la soberanía nacional en las Malvinas y perdieron la vida en las islas, así como para dar respuestas a sus familias en cuanto al lugar donde rendir honores a sus seres queridos, destacaron desde la Cancillería argentina.

«Cuando regresamos en esta gestión de Gobierno nos pusimos a trabajar para continuar y finalizar esta tarea porque había algunos familiares que todavía no tenían identificados a sus seres queridos», remarcó el viceministro de Justicia y celebró que el «primer resultado positivo» obtenido este miércoles por el equipo de forenses que desde el lunes pasado trabaja sobre la tumba colectiva C.1.10 «arroja una posibilidad muy grande de que podamos devolver la identidad a los soldados enterrados en el cementerio de Darwin».

«Es una alegría muy grande poder retomar esta tarea», dijo Mena, y agregó que desde el Gobierno nacional se trabajará «incansablemente todos los días» en la continuidad de los trabajos de identificaciones, pedido desde el inicio de la gestión por parte del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Por último, Mena subrayó que «vencimos enormes dificultades, pero con la Cruz Roja y su equipo pudimos dar respuesta los familiares y honrar a nuestros héroes de Malvinas con su nombre en cada tumba como corresponde».

Oscar Ismael Poltronieri

Poltronieri: el héroe que enfrentó con su ametralladora a 600 ingleses

Tenía 19 años cuando combatió en Malvinas, y era analfabeto, pero su enorme valor permitió salvarle la vida a 150 soldados argentinos.

https://www.lagacetasalta.com.ar

02 Abr 2018 

Foto tomada de http://www.consensopatagonico.com.ar

“Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri mientras disparaba contra más de 600 ingleses desde el Monte Dos Hermanas en las Islas Malvinas.

Gracias a su valor, más de 150 soldados argentinos salvaron sus vidas. Su corta edad (19 años) y su escasa formación intelectual (era analfabeto) no le impidieron convertirse en uno de los héroes militares más importantes de la historia argentina.

Oriundo de la localidad bonaerense de Mercedes, pasó dos meses soportando los dolores de la guerra y viviendo en las peores condiciones.

“Poltro”, como le decían sus compañeros, formó parte del 6º Regimiento de Infantería Mecanizado, y el área que le fue asignada fue la zona del monte Dos Hermanas, ubicado al oeste de Puerto Argentino, en la isla Soledad. Allí le habían asignado una ametralladora con la que salvó a sus compatriotas.

Vivir en esa trinchera no fue nada fácil. “La comida no llegaba porque el terreno era intransitable y los camiones del Ejército no podían pasar. Tampoco teníamos agua, por lo que tuvimos que sobrevivir con un charco para lavarnos y otro para consumir”, comentó el ex combatiente en una entrevista con Crónica.

El 11 de junio de 1982 Poltronieri se convirtió en héroe arriesgando su propia vida para salvar a sus compañeros de batalla. Un grupo de 600 ingleses atacaron el 4º y 7º Regimiento de Infantería, y luego avanzaron hacia el 6º.

Ante la superioridad numérica, el coronel Augusto Esteban Vilgré Lamadrid les ordenó a sus combatientes que se retiraran pero no pudo hacer nada ante la tenacidad de “Poltro”.

Sabiendo que era probable que todos terminaran muertos ante el ataque inglés, el soldado decidió quedarse solo y atacar mientras sus compañeros se retiraban en busca de refugio.

“Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” decía y repetía “váyanse todos, carajo. Yo me quedo y los cubro. Ustedes tienen algo por lo que volver”.

Disparó durante horas. Retrocedía cinco metros, disparaba y volvía a retroceder otros diez, de esa forma paraba el ataque inglés. “De esta forma pensaban que era toda una compañía atacando y no avanzaban”, explicó Poltronieri.

Al reunirse con sus compañeros, muchos no podían creer que el mercedino haya seguido con vida luego de salvarlos. “Cuando me vieron no lo podían creer: me habían dado por muerto. Allí me enteré de que se habían rendido a las diez de la mañana. Y recién como a las tres de la tarde nosotros habíamos dejado de combatir. Cuando vimos la bandera blanca colgada en el mástil, la mayoría nos largamos a llorar” relató Poltronieri a Radio Mitre.


Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri

2 abril, 2019

Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri mientras disparaba contra más de 600 ingleses desde el Monte Dos Hermanas en las Islas Malvinas Hace 37 años Malvinas…

Oscar Ismael Poltronieri con 18 años y siendo analfabeto, por sus acciones de combate durante la batalla del «Cerro Dos Hermanas» en la Guerra de Malvinas, quien era operador de una ametralladora, y desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo él solo, permitió el repliegue de todos sus compañeros (más de 150 soldados incluidos sus superiores) a zonas seguras y disparando al enemigo con su única boca de fuego. Impidió el avance de todo el dispositivo ofensivo británico durante más de 10 horas.
Por este acto recibió la medalla «La Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate» y es el único soldado conscripto «Vivo en recibir la máxima condecoración que otorga nuestra Nación.
Luego de la Guerra, Oscar, intento suicidarse, vendió baratijas en los colectivos y trabajó de remisero.
Pero lo más importante fue que soldados y oficiales ingleses lo buscaron para expresar su admiración por él y fue condecorado en Inglaterra con «La Cruz de Hierro al Valor».
En los colegios de nuestro país los alumnos «no» lo conocen, «no» saben quién es.
La historia es contar, narrar los acontecimientos, hechos, junto a sus personajes los verdaderos protagonistas. Al contar y compartirlo colaboramos con el maravilloso proceso de construcción de la memoria y el honor de un pueblo, de una Nación «Argentina» y su transmisión a las generaciones.

«…Los únicos héroes que se mueren son los que se olvidan…»

https://lineasurnoticias.com.ar/vayanse-ustedes-que-tienen-hijos-yo-me-quedo-grito-oscar-ismael-poltronieri/


Oscar Poltronieri: de trabajador rural a héroe de Malvinas

02/04/2020

Oscar Poltronieri se desempeñó en diversas tareas rurales hasta que fue convocado al servicio militar obligatorio, ingresando como soldado conscripto en el Regimiento de Infantería Mecanizada 6, del Ejército Argentino.

No existen antecedentes de un soldado al que dos ejércitos contendientes le hayan reconocido su valor en combate. Oscar Poltronieri es la excepción.

Es el único soldado conscripto vivo en recibir la máxima condecoración militar Argentina: la Cruz al Heroico Valor en Combate  por su hazaña y heroísmo durante la batalla del monte Dos Hermanas.  Asimismo, los “soldados y oficiales veteranos ingleses” consideraron su valor, admiración y respeto condecorándolo en Inglaterra con la “Cruz de Hierro al Valor”.

Él sólo demoró el avance de los ingleses mientras sus 120 compañeros se replegaban seguros

Oscar Poltronieri nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 2 de febrero de 1962. Se crió en el campo, en la estancia donde sus padres trabajaban.

Ya adolescente, se desempeñó en diversas tareas rurales hasta que fue convocado al servicio militar obligatorio, ingresando como soldado conscripto en el Regimiento de Infantería Mecanizada 6, del Ejército Argentino, en Mercedes.

Poltronieri en Malvnas, en un descanso para comer

Cuando estaba por terminar con su conscripción, con 20 años de edad, fue movilizado a Malvinas junto con todo el Regimiento al que pertenecía.

Sus jefes le encomendaron la misión de encargarse de una ametralladora pesada MAG, arma con la cual realizó su proeza. En una de las últimas batallas de la guerra, en el monte Dos Hermanas, él sólo demoró el avance de los ingleses mientras sus 120 compañeros se replegaban seguros.

Era la mitad de junio en Malvinas y el cerco de fuego de las tropas inglesas se acercaba hacia Puerto Argentino. Poltronieri y su batallón se vieron cara a cara con el enemigo.

Las tropas argentinas no podían hacer otra cosa que replegarseCompartir

Nuestros soldados debieron enfrentar la superioridad numérica y técnica de los ingleses, quienes avanzaban implacablemente. Las tropas argentinas no podían hacer otra cosa que replegarse desde los cerros hacia la capital Puerto Argentino.

Mataron a un compañero que operaba otra MAG, me agarró una bronca… entonces me quedé solo. La compañía se replegó mientras yo sostenía a los ingleses“, en pocas y sencillas palabras Poltronieri resume cómo le salvó la vida a más de un centenar de sus compañeros.

Algunos de sus compañeros todavía recuerdan que le pedían a viva voz que se fuera con ellos, mientras Poltronieri les contestaba a los gritos: “¡Váyanse ustedes que tienen hijos, yo me quedo!”

“Disparaba y me replegaba, y volvía a disparar. Tiré desde el cerro Dos Hermanas, desde el monte Longdon y monte Tumbledown. Los ingleses nunca supieron que era uno sólo“, afirma orgulloso Poltronieri.

«Siempre estarás en mi corazón»: la carta para un héroe de Malvinas que esperó 36 años

03 de abril de 2018 – 02:55

Siempre estarás en mi corazón: la carta para un héroe de Malvinas que esperó 36 años

Una carta. Una respuesta. 36 años de espera. «No puedo creer que pasó tanto tiempo», escribe Nora, a pedido de A24.com. Es una historia que empieza a cerrarse, un duelo que hasta hace poco parecía eterno. «No sabés lo que te extraño, tu alegría, tu locura y cómo nos reíamos juntos. Que distinta sería la vida con vos al lado nuestro».

Donato era un pibe de Sarandí, fan de los Rolling Stones, que en esas cartas le cuenta a su familia sus primeros días en el sur con cierto entusiasmo («estoy bien y contento de estar en las Malvinas»). Pero su relato empieza a ser una crónica del sufrimiento, el frío y el hambre.

Es la historia de un pibe que se fue a una práctica de la colimba a Santa Cruz y que quedó durante 36 años en el olvido. Su familia apenas pudo reconstruir cómo fue su muerte en uno de los últimos combates, entre el 10 y el 11 de junio, en el Monte Longdon.

Desde entonces era uno de los soldados «solo conocidos por Dios». Su madre y su hermana ya habían visitado el cementerio de Darwin en 1991. Aquella vez, la madre –hoy fallecida- recorrió tumba por tumba y estuvo un rato en cada una para tratar de estar cerca de su hijo.

Esta vez, su hermana fue a las islas a encontrarse con él.  Y de ese encuentro surge esta carta. 

Carta de Nora a Nacho. 27 de marzo de 2018

“Hermano Querido, no sabés lo que te extraño, tu alegría, tu locura y cómo nos reíamos juntos. Que distinta sería la vida con vos al lado nuestro

Ahora siento orgullo de saber que luchaste por la patria, por defender nuestra soberanía. Muchos años tuve bronca y angustia. Bronca de no entender por qué vos tenías que ir a cumplir semejante deber y angustia porque tardamos mucho en saber dónde estabas.

Esperaba cada tarde que golpearas la puerta o tocaras el timbre para levantarme a upa, darme vueltas y practicar nuestro baile de rock. Recuerdo que me revoleabas por todos lados y mamá te retaba porque me podías lastimar.

https://www.a24.com/actualidad/estaras-corazon-carta-heroe-malvinas-espero-36 años

Sé que estás muy cerquita y siempre estarás en mi corazón. Ahora siento orgullo de vos ‘Dona’, no puedo creer que pasó tanto tiempo, parece que fue ayer que nos reíamos. Estás muy cerca. Junto a un pedacito de mi corazón. Hasta siempre. Te quiero mucho. Nora (tu hermana menor)”.

Fragmentos de las cartas de Donato a su familia

Primera carta. 27 de abril de 1982.

“Quiero contarles que estoy bien y contento de estar en las Malvinas pero con muchas ganas de verlos a ustedes. Quiero que le digas a Armando si cuando yo vuelva a Buenos Aires me pueden hacer un asado. Porque acá me acuerdo mucho de ustedes, de cuando yo vivía ahí, de las macanas que me mandé, y yo quisiera hacer un asado ahí para olvidarme de todo esto que será muy lindo pero la estamos pasando mal.

No sabés las ganas que tengo de estar en Buenos Aires, acá en cualquier momento se arma el quilombo. Hoy estuvo hablando el subteniente y dijo que entre hoy y mañana y pasado podría llegar la flota inglesa y comenzar la guerra. Pero puede empezar tranquila porque yo estoy seguro de que voy a volver porque tengo mucha vida por delante».

Segunda carta (sin fecha)

“Querida vieja, te escribo estas líneas para que sepas que estoy muy bien de salud.

La estamos pasando muy bien, lo único que hace mucho frío, pero estoy contento de estar en las islas, porque es tierra Argentina y si no fuese por la colimba no las hubiese conocido”.

Tercera carta. 25 de mayo de 1982.

“Hoy es un día muy frío. Por primera vez desde que estamos acá tomamos leche con chocolate. Nosotros acá hace que estamos 40 días y no sé cuando nos vamos a ir.

Te quiero pedir una encomienda. Mandame cigarrillos, harina, chocolate para taza, una cajita de te, un mantecol grande, leche en polvo, dulce de leche y galletitas de agua».

Darwin – Pradera del Ganso | Argentina.gob.ar

Combate de Darwin – Pradera del Ganso

Consolidada la “cabeza de playa” en Puerto San Carlos, el enemigo se preparaba para emprender la marcha hacia Puerto Argentino; las pérdidas sufridas por la flota británica y el costo en material y vidas humanas que esto aparejaba comenzó a minar el ánimo de la sociedad británica en relación con los escasos logros obtenidos en materia militar y, con el objeto de revertir esta tendencia en la opinión pública, se decidió atacar a las tropas argentinas desplegadas sobre el Istmo de Darwin.

En ese lugar se encontraba la Fuerza de Tareas “Mercedes” a órdenes del Teniente Coronel Piaggi, Jefe del Regimiento 12 (en total 643 efectivos al día 27 de mayo) y estaba compuesta por: el Regimientos de Infantería 12 (disminuido), la Compañía C del Regimiento 25 (disminuida), una sección de la Batería B del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 601 (dos cañones Oerlikon de 35mm), una sección de tiradores del Regimiento de Infantería 8, un grupo de la Compañía de Ingenieros 9 y parte de la Batería A el Grupo de Artillería Aerotransportado 4 (tres obuses Otto Melara de 105 mm), a estos se le sumaban tropas y aeronaves de la Fuerza Aérea Argentina a cargo de la Base Aérea Militar Cóndor con 202 efectivos.

El Plan del Jefe de la Fuerza “Mercedes” consistía en defender el istmo de Darwin con esfuerzo principal hacia el norte, adelantando la Sección Exploración a Low Pass, y con la masa del Regimiento 12 y una sección del Regimiento 8 en primera línea y una sección de la Compañía C del Regimiento 25 como reserva, con la intención de retardar al enemigo hacia Goose Green. Fracciones de la Compañía C del Regimiento 12, defendería el sur del istmo y se mantendría una sección de la Compañía C del Regimiento 25 como reserva. Para apoyar la operación se emplearían los morteros disponibles, las 3 piezas de artillería y la artillería antiaérea del ejército y la fuerza aérea. Se prevé también el refuerzo helitransportado del EC Solari (con la Compañía B del Regimiento 12 y una sección de la compañía C del Regimiento 25 que se encontraba en proximidades de Puerto Argentino). Los británicos tenían previsto emplear para el ataque el 2do Batallón de Paracaidistas al completo, reforzado con parte del 40 Batallón de Infantería de Marina y apoyado por una batería de cañones de 105 mm, dos fragatas para cañoneo naval y los aviones Harrier en apoyo directo.

soldados argentinos en Darwin

En la tarde del día 27, se produjeron ataques aéreos ingleses sobre las posiciones argentinas. A las 22:50 hs se desató un cañoneo naval sobre la Compañía “A” del RI 12, y durante la madrugada del 28 de mayo, la Infantería inglesa se lanzó sobre las posiciones argentinas con intenso fuego de morteros y ametralladoras, la Compañía A al ser sobrepasada comienza el repliegue bajo el intenso fuego de artillería y armas automáticas. El centro de gravedad del ataque enemigo provenía desde el norte. Los argentinos contraatacaron, apoyados por sus morteros de 81 y 120 mm que ejecutaron fuego sobre la retaguardia enemiga y combatiendo en forma decidida. El sector Oeste había cedido pero, peleando cuerpo a cuerpo se logró restablecer la situación y reconstituir el frente. Agotada la munición, la Sección Apoyo se replegó y a las 6:00 hs, el masivo volumen de fuego inglés fue reduciendo las defensas argentinas.

Se ordena el alistamiento de la Sección de Reserva a cargo del Teniente Roberto ESTÉVEZ que ocupa una posición de defensa en la escuela, al norte de Goose Green, imponiéndole la misión de ejecutar un contraataque en dirección NO para aliviar la presión del enemigo sobre la diezmada Compañía A del Regimiento 12 y así recomponer la 1ra línea. El teniente Estévez ocupó una posición en la Escuela Pradera del Ganso y ejecutó un contraataque en Boca House que causó muchas bajas al enemigo, logrando el objetivo de recomponer la primera línea de defensa. Durante este duro combate, perdió la vida el mismo Estévez quien a su vez por medio de un equipo de radio dirigía el fuego de artillería patria. Luego de la muerte del bravo teniente continuaron sus hombres dirigiendo el fuego que batía las posiciones enemigas, a través del equipo de comunicaciones, primero el cabo Mario Castro, y luego de su muerte, el soldado Fabricio Edgar Carrascul, quienes ofrendaron su vida en cumplimiento de la misión siguiendo el ejemplo de Estévez. A las 8:30 hs las fracciones del RI 12 y RI 25 había experimentado muchas bajas y los sobrevivientes se replegaron al poblado, cubiertos por el fuego de dos morteros de 81 mm, a cargo del subteniente Marcelo Raúl Colombo, que batían el Norte de las posiciones para permitir el repliegue de los efectivos.

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La Batería A del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 que con solo tres obuses operando al momento del combate al mando del Teniente 1ro Carlos Alberto Chanampa, se esfuerza para mantener el régimen de fuego y satisfacer los insistentes pedidos de apoyo. Los efectos de sus obuses a partir del amanecer, orientados por observadores del Regimiento 12, se hacen más efectivos sobre las posiciones enemigas. La cantidad de proyectiles disparados por estas piezas sobrepasaba lo recomendable, tanto es así que al momento de finalizar el combate, los ingleses no creían que tan pocas piezas hubieran disparado tanto y producido los estragos que produjeron. Un ataque aéreo de aviones Aermacchi de nuestra Armada junto a aviones Pucará de la Fuerza Aérea se suscita sobre el campo de batalla y junto a la artillería y la resistencia de la abnegada infantería paralizan el avance británico, quienes se repliegan hacia el norte.

Los efectivos del Equipo de combate Güemes que habían logrado sustraerse a la acción enemiga en San Carlos, a cargo del Teniente 1ro Esteban y que se encuentran reorganizándose en Puerto Argentino, reciben orden de alistarse en la noche del 27 de Mayo para su traslado por helicópteros a Goose Green. El traslado se efectúa a partir del 28 de Mayo, en helicópteros del Ejército Argentino. La fracción logra arribar a la zona aproximadamente a las 9:30 hs, desembarcando aproximadamente a 8 Km al Sur de Goose Green. El movimiento aéreo se efectúa, prácticamente, a ras del piso, para eludir la detección del enemigo. Luego del desembarque, dos helicópteros a cargo del Capitan Swendsen y del Tenientete Florio descienden en Goose Green bajo el fuego enemigo para evacuar heridos a Puerto Argentino. La fracción a cargo del Teniente 1ro Esteban es batida por fuego de artillería enemiga, por lo que despliega y avanza hasta Goose Green, siguiendo el contorno de la playa y a las 10.30 hs efectúa su presentación en la localidad al jefe de la Fuerza de Tarea y se interioriza de la situación.

Mapa del Combate de Darwin

Mientras tanto los efectivos a cargo del subteniente Juan José Gómez Centurión contraatacaron vigorosamente y lograron alcanzar alturas ubicadas a dos kilómetros al norte de Pradera del Ganso. A las 12.30 hs, el enemigo inglés lanzó un masivo ataque final. Su fuerte fuego de artillería de campo y morteros castigaron las posiciones que ocupaban una sección de tiradores del Regimiento de Infantería 8, la Compañía “A” del Regimiento 12 de Infantería y efectivos de la Compañía de Servicios del mismo regimiento en Darwin. En estos combates se destaca, por su valor y ejemplo personal, el Subteniente en comisión Ernesto Peluffo, quien a cargo de personal de los servicios se multiplica, dirigiendo la acción de sus subordinados y reabasteciéndose de la munición del personal caído, rechazando una y otra vez los ataques ingleses en su sector. Finalmente, el Subteniente es herido de consideración en la cabeza, y aun así, ordena el repliegue de sus hombres manifestando su decisión de permanecer en el lugar para protegerlo, temperamento que no es aceptado por su personal, quien luego de grandes esfuerzos logra evacuarlo hacia propias líneas. La Compañía C del Regimiento 12 se ha replegado hasta el linde Sur de la localidad y combate con efectivos enemigos que la atacan por el Oeste y desde el Sur. Constantemente llegan a la población efectivos dispersos, algunos heridos, otros exhaustos. Se combate en el sector de la Escuela al Norte de Goose Green, en forma intensa, mientras que con efectivos equivalentes a 2 Secciones de la Compañía “C” del Regimiento de Infantería 25 se ha organizado, para la defensa, del perímetro de la localidad.

Los dos cañones Oerlikon de 35mm que allí se encontraban, a esta altura del combate dejan de apuntar sus cañones al cielo y ejecutan tiro terrestre con el objeto de detener el avance enemigo, pronto dejarán de tronar, quedando silenciosos hacia el final al combate. La situación se hizo insostenible para los efectivos del Ejército Argentino que habían combatido hasta el límite de sus posibilidades. A las 21:30 hs del 29 de mayo, el Jefe de la Fuerza de Tareas “Mercedes” informó que la situación ya no podía sostenerse. A las 11:00 hs del 30 de mayo se produjo el cese de fuego y el final de uno de los más encarnizados combates terrestres de la campaña de las Malvinas.

Un episodio de la guerra aérea en Malvinas. La historia del Invincible | AgendAR

1 mayo 2019, 05:50

Hace 37 años, el 1° de mayo de 1982, nuestra Fuerza Aérea recibía su bautismo de fuego contra un enemigo extranjero (Antes había participado en nuestros tristes enfrentamientos internos). Nos pareció apropiado recordarlo con un capítulo de la larga saga sobre tecnología nuclear y militar que el incansable Daniel Arias escribió para un blog hace un par de años.

Iconoclasta, ahí cuestionó el entusiasmo local por el Super Étendard y los Exocet. Además, puso en duda una rotunda afirmación inglesa: que el portaaviones Invincible no fue dañado por bombas argentinas.

Hay otro motivo para publicarla en un portal enfocad en la producción argentina: como hemos dicho otras veces en AgendAR, las fuerzas armadas, en los países serios, además de la defensa, estimulan y veces conducen el desarrollo la tecnología de punta que luego utilizará la industria civil.

Pese a que la Fuerza Aérea, copiando el armamento de la COAN (Comando de la Aviación Naval), empezaba a usar bombas de 225 kg. retardadas por paracaídas, les empleadas contra el Vince (el portaviones HMS Invincible) no tenían frenos aerodinámicos: buscaban penetración, porque iban contra un barco de duro fierro, no de blando aluminio.

Las 3 bombas de Isaac, impactando a 950 km por hora (la velocidad de una bala .45) “por enfilada”, deben haber hecho un largo recorrido longitudinal dentro del barco, rompiendo mamparas y tabiques hasta frenarse en algún lado y explotar. Contra un barco, no hay tiro más letal que el de enfilada. Da para daños internos magníficos en una nave llena de aviones, munición y combustibles en bodega. Ni un tanquero arde tan bien como un portaaviones.

Cuando traté de venderle esta historia del Vince al 2do. mayor “Journal” de aviación militar yanqui, en 2002, enfrenté un enorme escepticismo inicial: en su momento, los editores habían comprado la versión inglesa de la historia, pero además, 20 años después ya la habían olvidado. EE.UU. es el paraíso de la narrativa de guerra aérea: todo el tiempo producen nuevas historias, con su apasionante intervencionismo. De modo que en la revista me catalogaron como un sudaca “freak” y no contestaron.

Para sacudir el avispero, en mi tercer mail le recordé al editor, Tom Atwood, que la última vez que un aviador yanqui había atacado un portaaviones había sido… 58 años antes, en el Pacífico, y delante de la ñata el tipo tenía una hélice. Vamos, Tommy, ¿no quería algo un poquito más nuevo? Si “Flight Journal” optaba por perderse semejante historia silenciada, tal vez “American Aviation” se interesara…

Siempre es más seguro, decía el matemático John Nash, inventor de la Teoría de Juegos, atacar a la segunda chica más linda de la fiesta: tiene más que perder y es más difícil que te diga que no. Ambas revistas mencionadas son muy leídas por las ramas aéreas de las Fuerzas Armadas yanquis, pero definitivamente “American Aviation” es la “top”, y “Flight Journal” lo sabe.

¡Bingo! Desafiado, Atwood picó el anzuelo. Gracias, Nash. Pero leído que hubo mi artículo y antes de publicarlo para el aniversario del ataque al “Vince”, lo agarró un ataque de pánico. Claro, el tipo sabía que habría protestas de lectores encumbrados. Su jefe, Roger Post decidió nombrar un juez prestigioso, imparcial e informado con buenos contactos con la Royal Navy. A los pocos días, Atwood me dijo que me comunicara con el ya citado Bob Kress, quien fungiría de tribunal de alzada. Fue con bastante emoción que en el curso de aquella semana Kress, tras consultar sus propios archivos, dio su fallo: “I believe the Invincible was whacked by Exocet” (Creo que el Invincible se ligó un Exocet).

Pero para mi desilusión, Kress se diferenció de la parte más heroica del relato oficial argentino. “I didn’t hear of any iron bomb action”, añadió. Y luego de algunas disgresiones sobre lo vulnerables al fuego que son los portaaviones en general, terminó con un saludo a nuestros aviadores: “Lo, the brave pilots!”.

“Iron bombs” son bombas de gravedad “bobas”, sin ningún sistema de guiado o propulsión. En 1982, fuera del Exocet, es lo que había. Bombas bobas y jefaturas imbéciles. No me hagan acordar de nuestro misilito Martín Pescador porque me pongo loco.

En aquella entrevista de 2002 con dos periodistas científicos (Quique Garabetyán y yo), bastante duchos ambos en no dejarse enroscar la víbora, el comandante Gerardo Isaac mantuvo la certeza de que sus tres bombas se habían clavado en el espejo de popa. No había tenido ni siquiera que usar la mira: “Fue como tirarle cascotes a una pared”, dijo.

Pero en ocasiones muy recientes el propio Isaac admitió –para mi asombro- que quizás las bombas pasaran de largo. A Ureta nunca tuve el honor de entrevistarlo, pero según leo, hoy sigue sin duda alguna de haber hecho blanco.

Garabetyán y yo nos fuimos de la entrevista con Isaac con la sensación que el aviador nos había mentido en una única ocasión, y sólo para salvar políticamente a sus superiores. Fue cuando le preguntamos por qué la Fuerza Aérea no había ampliado el aeropuerto de Puerto Argentino y construido una base apropiada para Skyhawks. Isaac intentó –no mucho- convencernos de las dificultades logísticas de efectuar semejante “upgrading” de aeródromo comercial chico a base de cazas en sólo un mes. Adujimos con aparente candor que entre el 2 de abril y el 1 de mayo, la FAA había hecho justamente eso mismo en San Julián, Sta. Cruz, pero partiendo desde mucho más abajo y llegando más arriba: de un aeroclub para avionetas hizo una base de Dagger israelíes. Ahí Isaac se irritó y Garabetyán me pateó bajo la mesa para hacerme bajar dos cambios, porque nuestro informante parecía a punto de dar por terminada la entrevista. No lo hizo.

En lo que se refiere al ataque al Vince, ambos creemos todavía hoy cada palabra que Isaac nos dijo. O por lo menos, creemos que él las cree, que no es poco. Ambos somos tipos a los que, por profesión, los atacan en bandada farmacológicas truchas con “la” cura “del” cáncer (y uno que creía que hay más de 160), o locos que acaban de fabricar la máquina del movimiento perpetuo. Entre estos dos extremos, menudean con más frecuencia los científicos que tratan de ascender en su carrera redescubriendo cosas ya descubiertas, o reinventando cosas ya patentadas. Hay de todo.

Aunque aquí me odien un poco, tomo con muchas reservas y por buena la versión de Kress sobre “bomb action”. El yanqui no tenía motivos para bolacearme, y los ingleses sí tenían todos los motivos para haberle dicho la verdad, por lo mismo que uno no macanea ante su abogado. Pero ante todo, ¿por qué se franqueó conmigo? ¿Le caí simpático?

Minga. No le caí antipático. Pero supongo que Kress estaba embroncado con los Brits, porque tras haberlo contratado para desarrollar nuevos sistemas de defensa antiaérea y antimisil para su flota, habían rebotado todas y cada una de sus ideas. Y eso a una deidad…

Por nacionalidad, prestigio y jubilación, don Bob era un intocable: en 2002, al menos él ya podía ignorar tranquilamente el secreto de guerra impuesto por el gobierno inglés sobre los sucesos del 30 de mayo de 1982, que rige hasta 2072 para los súbditos de Su Graciosa Majestad. Pero ni él era inglés ni los USA son el Reino Unido, ni es fácil apretar a un tipo con contactos.

Sin embargo, Su Graciosa tiene más y mejores. Si sirve de dato, con el artículo ya aprobado, diagramado ¡y para la tapa!, misteriosamente Tom Atwood lo bajó a último momento. Las explicaciones que nos dio fueron ridículas. Peor aún, no nos garpó.

Pensando con perspectiva, creo que don Bob tenía cuentas a cobrar también con el Secretario de Defensa, Dick Cheney, quien quería dar de baja la obra maestra de su vida, el caza naval F-14, para reemplazarlo por un avión “inferior” –palabras de Kress- como el Boeing F-18 Hornet. ¿Se entiende ahora por qué sus compañeros lo llamaban “Kaiser von Kress”, no? El que quiera consultarlo personalmente, va a tener trabajo: se murió en 2007. Un año después del último despegue de un F-14 Tomcat desde portaaviones.

Me genera dudas que dos pilotos argentinos como Isaac y Ureta, que aquel mayo eran sobrevivientes a tres ataques cada uno, que habían perforado su cuota de barcos mucho menores en porte y mejor defendidos, y que además habían hecho esto con armamento inapropiado (1 sola bomba boba de 500 kg), le hayan podido errar 6 bombas tiradas a quemarropa a una nave de 22.000 toneladas. Alguna debió pegar. Lo contrario es poco probable. Nash, una ayudita aquí.

No repetiré cosas que han sido argumentadas hasta el cansancio. El 30 de mayo a la tarde, según los operadores del Centro de Información y Control de Puerto Argentino, los Harriers prácticamente dejaron de operar. Cada uno de los que volaban pareció cambiar de rumbo y dirigirse apresurado a las pistas improvisadas metálicas de aterrizaje vertical que había montado el Ejército Inglés, o al Hermes, que ese día debe haber estado más atestado que el colectivo 60. El tránsito aéreo desde el cuadrante donde estaba el Vince se interrumpió.

El Vince no entró en triunfo a Portsmouth el 21 de Julio con el Hermes y la mayor parte de la Task Force: apareció recién el 16 de septiembre, pintadito nuevo, joya nunca taxi. Se dijo que –como proeza técnica- había hecho recambio de ambas turbinas Olympus ¡en altamar!, porque a las anteriores se les había acabado la vida útil. Sí, seguramente…

También hubo problemas con los ascensores, parece.

Me sigue pareciendo inexplicable que con 685 marineros y oficiales embarcados en el Vince aquel 2 de mayo de 1982, se haya podido conservar semejante secreto. Y eso durante 45 años y en un país mediática y políticamente desafiante de la autoridad. Sí, hubo peores desastres ingleses en ambas guerras mundiales y se ocultaron muy bien, con amplia y patriótica colaboración de prensa. Pero el asunto me inquieta.

Añado una imagen y un par de links: uno es el del blog “War is boring”, desapasionado y con buenos resúmenes técnicos del estado de cosas en equipamiento. Colijo de su lectura lo que ya dije en el posteo anterior: el SUE no calentó demasiado ni a la propia Francia en 1980. De los 100 que iba a comprar, redujo la orden a 71. Lo nuestro es fetichismo.

El otro link abre a una colección de fotos buenas y malas de Flicker, con diversas imágenes de la guerra tomadas por un tal Helimetric, adjunto a un helicóptero Sea King del 824 Squadron, probablemente hoy habitante de Oxford o cercanías, y dueño de al menos un perro Beagle. Las fotos fueron tomadas en Port Stanley (ya de vuelta con ese nombre) o a bordo del RFA Fort Grange, un buque de reabastecimiento. Las imágenes logran dar una idea de la cotidianeidad del trabajo logístico, la parte menos gloriosa pero más crucial de cualquier guerra. Algunas son “cool”, expresivas y profesionales, otras son no de amateur sino de franco patán (salidas de foco, movidas, subexposiciones, etc). No parecen del mismo autor. Es más, en su conjunto son imágenes demasiado impersonales como para ser la colección de una persona común. ¿Adónde están los gomías de a bordo, los brindis con cerveza marrón tibia, el ocasional cumpleaños? Si Helimetric existe como persona pero además es un avatar del MI-5 en la web, la implantación del adorable Beagle de Oxford es una metida de perro literal.

El álbum de Helimetric tiene algunas vistas del Vince tomadas, presuntamente, el 9 de junio, una semana tras el misileo/bombardeo. Nada certifica esa presunta fecha, 9 de junio, salvo el presunto autor. El portaaviones no es presunto, pero está pintado como recién salido de astillero, en franco contraste con fotos de parecida fecha y del mismo álbum de su primo mayor, el Hermes, lleno de lamparones, chorreaduras y cáscaras de óxido en cada chapa tras demasiados meses en operaciones y sin un segundo para mantenimientos.

Invincible

“You’re just too good to be true/ I can’t take my eyes off you”… El Vince aparentemente embellecido por un misil y algunas bombas que le fueron surtidas 10 días antes.

Como se ve, incluso “la ballena blanca”, el transatlántico “Canberra”, vuelto inmaculado buque hospital, para esa fecha también estaba hecho fruta. El Atlántico Sur en invierno te deja los barcos así, aún sin Argies locos en zona. Si aceptamos por buena la fecha de la foto del Vince, ¿no debería presentar un aspecto igualmente miserable?

Un 25 de Mayo para Pérez. Una historia de Malvinas | AgendAR

25 mayo 2021, 05:50

Hoy se cumple 211 años del día que en una sesión del Cabildo de Buenos Aires empezó el largo camino de construir una nueva nación, independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y de toda otra dominación extranjera. También se cumplen 39 años de los dos ataques aeronavales argentinos más exitosos de la guerra del Atlántico Sur. A modo de homenaje a un patriota que luchó allí, volvemos a publicar esta nota.

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El “Atlantic Conveyor”, una containera reconvertida. Fue “el tercer portaaviones” de la Task Force hasta que el 25 de Mayo le dieron dos misiles Exocet. Se hundió con helicópteros y equipos críticos para la logística de las tropas británicas desembarcadas. Atrasó 2 semanas nuestra rendición.

Este artículo va para el ingeniero electrónico y capitán de fragata Julio Marcelo Pérez (1936-2014), el hombre que en 1982, a sus 46 años y a fuerza de conocimiento e imaginación, le costó a la Royal Navy más pérdidas que las que le causaron los acorazados alemanes Graff Spee y Bismarck durante la 2da Guerra. Sumando barcos hundidos (19.350 toneladas) y puestos fuera de servicio (26.800 toneladas), AgendAR reclama 46.150 toneladas para el poco mentado Pérez y sus dos acólitos civiles, los técnicos Luis Torelli y Antonio Shugt.

Examinando sólo hundimientos en ataques aéreos, entre la Fuerza Aérea (FAA) y el Comando de la Aviación Naval (COAN) mandaron al fondo 29.172 toneladas de naves británicas. Señoras y señores: 19.350 de ésas son de Pérez, Torrelli y Shugt. Y sin pérdidas de pilotos o de aviones argentinos.

¿Qué hicieron los mencionados? Dos cosas: primero, “maridaron” en secreto el radar de tiro Agave del avión Super Étendard con su computadora de vuelo UAT-40 y a éstos dos sistemas con el procesador de guiado inercial del misil aire-mar AM39 Exocet, lo que lo volvió funcional. Los ingenieros en misiles de Aérospatiale, forzados por el presidente Francois Mitterrand y el artículo 5to de la OTAN, habían dejado ese trabajo sin terminar, y la inteligencia británica juzgó que aquí no habría personal capacitado para hacerlo. Los esperaba una sorpresa.

Después de eso, Pérez, Torrelli y Shugt transformaron también en secreto la misilera mar-mar MM 38 Exocet del viejo destructor argentino ARA Seguí en la famosa “Instalación de Tiro Berreta” o ITB, artillería de tierra. Otra sorpresa más.

Los resultados de ambas acciones crearon caos en la Task Force: al fondo se fue el destructor HMS Sheffield tras ser impactado el 4 de mayo, el 25 lo siguió el mercante Atlantic Conveyor (por lejos el golpe más duro para la campaña británica), y quedaron fuera de combate hasta el término de la guerra el portaaviones HMS Invincible el 30, y el crucero HMS Glamorgan el 12 de junio, 2 días antes de nuestra rendición.

La estrambótica ITB, bautizada inmediatamente como “El Catafalco” por la tropa, en camino hacia su despliegue secreto en Hook Point, en las afueras del aeropuerto.

La pérdida del Conveyor fue mediáticamente opacada por el ataque con Skyhawks con bombas convencionales al destructor HMS Coventry y su fragata HMS Broadsword, unos 15 minutos antes y 140 km hacia el Sudoeste. Fue un episodio escalofriante y azaroso, altísimo en adrenalina y bravura para atacantes y atacados. Pero en perspectiva, las batallas se ganan más con logística y astucia que con coraje y gloria.

Visto por los medios no sólo argentinos sino británicos, el misileo, incendio y hundimiento del Conveyor fue mucho menos épico. Los Exocet son, después de todo, robots voladores: pueden suscitar terror pero no admiración. Dos detalles, empero, hacen de este el hecho más notable de la guerra aeronaval de 1982: el capitán Ian North del Conveyor fue obligado a presentar el flanco y sacrificar así su barco para atraer el radar de los misiles y salvar al portaaviones HMS Hermes, hacia el cual volaban inicialmente los Exocet. Ése es el primero. El episodio se narra más en detalle en la segunda parte de este artículo.

El segundo es que el incendio del Conveyor tuvo consecuencias terribles para la infantería británica: ésta se quedó con un único helicóptero super-pesado Chinook, el Bravo November. A fecha del 25 de Mayo era el único había logrado despegar del mercante. Al menos 10 días antes la containera ya había colocado sus 14 Harrier en los portaaviones HMS Hermes e Invincible, y pasado de ser “el tercer portaaviones” a oficiar de portahelicópteros: se hundió con 11 de ellos. El mítico Bravo November se salvó porque estaba en vuelo, lejos, acarreando equipos y personal entre los portaaviones y los barcos logísticos, cuando el cielo ya oscuro escupió aquellos dos misilazos refulgiendo desde el sitio más imprevisto, el Noreste.

Para dar idea de capacidades logísticas perdidas en aquel hecho, el Bravo November, ese único helicóptero sobreviviente luego llegó a transportar simultáneamente 81 paracaidistas y un cañón de 105 mm desde Goose Green hasta Bluff Cove. Cuando terminó aquella guerra, con su capacidad de levantar casi 11 toneladas de carga, había traído y llevado 1500 hombres, 95 heridos, 600 prisioneros argentinos y 550 toneladas baterías antiaéreas, combustible y raciones. Luego luchó en Irak y Afganistán y hoy sigue volando. El único activo nacional británico de mayor duración viene siendo la reina Isabel II.

Bien, 5 de estas maravillas de la Bell (hablo de helicópteros, no de reinas) se fueron al fondo con el Conveyor, junto con 6 helicópteros pesados Wessex (carga máxima: 16 infantes armados) y un Lynx de ataque. También terminaron a 130 metros de profundidad las tiendas de campaña, las unidades para calefaccionarlas, las plantas de desalinización de agua y las placas de aluminio y equipos eléctricos que habrían servido para montar un aeródromo decente para los cazas Harrier en la ría de San Carlos, el área de desembarco. Y decenas de containers llenos de cohetes antitanque y otros atiborrados de barriles de combustible JP-1 de aviación.

Cuando el brigadier Julian Thompson, a cargo de las operaciones terrestres desde el desembarco el 21 de Mayo, leyó el inventario de los equipos que alguien muy imbécil había abarrotado en una sola nave, habiendo 54 otros mercantes requisados en toda la Task Force, comentó secamente: “Están todos locos”.

La consecuencia de este desastre logístico fue que los Harrier, de suyo cortos en autonomía (200 km. de radio de ataque a plena carga de municiones), prácticamente no pudieron operar desde tierra sino desde los portaviones. Estos, a su vez, debían mantenerse en general muy al Noreste de la isla Soledad, fuera del alcance de los aviones argentinos con base en el continente. El que más debió cuidarse fue el Hermes, 6000 toneladas mayor que el Invincible y nave insignia. La supremacía aérea de los Harrier fue, por ende, suficiente pero precaria.

Thompson a su vez tuvo que cambiar totalmente su plan de batalla. Aún con 55 Wessex a su disposición, sin los Chinook un helidesembarco masivo directo contra la Base Aérea Militar Malvinas, a 15 kilómetros de Puerto Argentino, era impensable. La tentación de Thompson era enorme: habría sido empezar la batalla por la victoria misma.

En cambio sus infantes debieron sumar 100 barrosos kilómetros “a pata”, como soldados romanos, hasta las batallas de Goose Green y desde ahí hasta los cerros que anillan Puerto Argentino, tomando agua contaminada de arroyos y durmiendo bajo la lluvia todo el camino. Eso llenó a los Royal Marines, los Paras, los Gurkhas y los Scot Guards de bajas por diarreas deshidratantes y “trench foot”, congelamiento de dedos en los pies.

Peor aún, para poder atacar Puerto Argentino también desde el Este y con tropas menos exhaustas, la Task Force tuvo que crear una segunda cabecera de playa para los Welsh Guards en Port Pleasant. En eso se demoraban los Brits cuando el 8 de junio la FAA tomó de sorpresa a los buques logísticos RFA Sir Galahad y Sir Tristam.

El primero, todavía lleno de explosivos, combustible y tropas, se volvió en segundos un incinerador flotante (por poco tiempo). La cifra oficial británica es de 48 muertos. Aún dando por buenas tales cuentas -o cuentos-, aquel día sigue siendo el de peores pérdidas de personal para las fuerzas armadas británicas desde la 2da. Guerra Mundial, y así sigue desde entonces. Ésa es más o menos la cadena de causas y consecuencias derivada del hundimiento del Conveyor. Un historiador, ahí.

Una mirada educativa e industrialista

Torelli y Shugt, en 1982 dos pibes “nerd” electrónicos en Puerto Belgrano, entre los cajones de los Exocet MM38. A derecha, ya con más galones y años, su jefe, el contralmirante Julio Pérez.

Nuestra recordación de Pérez, Torelli y Shugt no supone menoscabo alguno de la debida a los pilotos de ataque argentinos. Es que en AgendAR somos patrióticos, pero de la variedad industrialista. Conmemoramos algunas fechas, aunque a nuestro modo.

Y algunas las discutimos. El 1ro de Mayo la FAA (Fuerza Aérea Argentina) celebra oficialmente su bautismo de fuego en Malvinas, y el 4 lo hace el COAN (Comando Aéreo Naval), día en que atacó y destruyó con dos Exocet el HMS Sheffield (uno pegó y el otro perdió el rumbo y cayó al mar). La realidad histórica es que las dos armas entraron en combate por vez primera mucho antes, el 16 de junio de 1955 en Plaza de Mayo y contra civiles argentinos desarmados. Eso no da para celebrar nada.

Podríamos vivar el valor en combate mostrado por nuestros aviadores desde el 1ro de Mayo hasta el 14 de junio de 1982, destacar que volaban aviones diseñados en los ’50, de 2da e incluso 3ra mano, mayormente desprovistos de radares, aparatos que como arma principal antibuque empleaban viejas bombas de gravedad de la 2da Guerra Mundial. Y añadir que atacaban a una fuerza defendida por sucesivas cortinas de Harriers armados con aquel el misil casi infalible, el Sidewinder 9L, que derribó 20 aviones argentinos, y para llegar a los núcleos de flota, con portaaviones y barcos logísticos, todavía debían perforar más y más capas de artillería antiaérea misilística y de tubo de larga, media y corta distancia, y que en ello murió casi la mitad de nuestros pilotos de ataque. Pero todo eso ya lo dijeron otros, y mejor. Más aún, lo dijeron los británicos.

Como argentinos, no encontramos motivo de celebración en haber tenido que compensar con coraje lo que faltó en tecnología. Podríamos añadir que CITEFA (Centro de Investigación y Desarrollo de las Fuerzas Armadas), en previsión de una posible guerra con Chile, venía testeando desde los años ’60 un misil antibuque radioguiado, el Martín Pescador, parecido al Bullpup estadounidense. El “Martín” era bastante menos capaz en alcance, carga y guiado que un Exocet… Pero era nacional. Podríamos haber tenido no 5, sino centenares.

Testeado en más de 60 disparos, fue abandonado primero por la FAA, que “se bajó” del proyecto aduciendo que atacar barcos era asunto exclusivo de la Armada (¡!), y luego por ésta, que consideró que su alcance era insuficiente. Según la página de CITEFA, organismo interfuerzas, pegaba a 17 kms, lo que en 1982 lo volvía temible. Sin embargo, según el comandante Carlos Castro Fox, héroe indiscutido de la aviación naval y el hombre que más lo testeó, eran sólo 6 kms, lo que lo volvía inefectivo para atacar buques muy artillados. El hecho es que en Malvinas el “Martín” no estuvo y fuimos a la guerra con sólo 5 sorprendentes Exocet. Pero no es casualidad que quien logró hacerlos funcionar fuera Pérez. En parte, gracias a sus muchos años de experiencia en investigación y desarrollo del Martín Pescador en CITEFA.

El Martín Pescador bajo el ala de un Pucará de la FAA en 1984. Demasiado tarde para la guerra contra el Reino Unido… pero cómo ayudó a mantener la paz con Chile.

Tras la derrota de Malvinas, momento de máxima tentación para Chile de hacer leña de aquel árbol caído que era la Argentina, la Armada reconsideró que el Martín Pescador después de todo no era tan malo, y la FAA consideró que quizás atacar buques no resultaba tan ajeno a su “métier”. CITEFA construyó 150 unidades, y se homologó en los aviones “biposto” y helicópteros de ambas fuerzas. Con guiado remoto manual-visual, el copiloto oficia de artillero y dirige el arma hasta el blanco mientras el piloto intenta volar, esquivar y sobrevivir. Asunto que –le damos razón a Castro Fox- puede resultar difícil si es una fragata armada de misiles Seawolf. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, quien tuvo que convivir todo su gobierno con el general Augusto Pinochet como mal vecino, este sistema lo llevaron bajo el ala de estribor hasta los Pucará. A falta de pan…

CITEFA (hoy CITEDEF) fue durante las décadas de preguerra un lugar donde las tres fuerzas encerraban a sus “tecnólogos locos” para que jugaran a construir sistemas de armas y no jodieran. Cuando sin embargo los “Illuminati” proponían un fierro interesante, los altos mandos se encargaban de darle presupuesto con cuentagotas para que la novedad fuera envejeciendo en aprontes, cosa de que no se desarrollara, homologara, produjera, desplegara o –¡cruz diablo!- exportara, lo que habría creado irritación en el State Department, y ni te cuento en Whitehall. Luego de garantizar la obsolescencia temprana del producto Nac&Pop, compraban algo parecido “pero mejor” a la OTAN, asunto que siempre supuso viajes y regalos.

Como la derrota y el miedo son grandes maestros, tras entregar 150 Martín Pescador, a CITEDEF debe haberle parecido que nuestras cúpulas militares habían recuperado algo de su nacionalismo tecnológico de los ’40 y ’50. Entonces desarrollaron el AS-25K, un misil antibuque y antitanque de dos etapas derivado del “Martín”, cuyo alcance, carga y múltiples sistemas de lanzamiento y guiado lo podrían haber vuelto bastante peligroso: oficialmente, pega a 25 kilómetros con 60 kg. de hexolita. El proyecto languideció en los ’90, fue homologado por el Ejército en 2014, y hoy parece morir típicamente de abandono: no figura en el inventario de arsenales del arma. Eso, tras 34 años de gobierno civil. Hay cosas que no cambian.

La educación pública que llenó el país de técnicos e ingenieros fue la madre de las fábricas de defensa. Y éstas, en el caso de Fabricaciones Militares (FM) de modo sostenido, y más breve pero espectacularmente en el caso del Instituto Aerotécnico, fueron a su vez los padres de buena parte de la industria pesada y de centenares de PyMES proveedoras calificadas.

Este “combo” de recursos humanos y materiales le dio un carácter regionalmente raro a la economía argentina. Éramos bastante más que lo que El Proceso y su ministro José Martínez de Hoz quiso que fuéramos: un país vendedor de naturaleza cruda, comprador de manufacturas y entregado a manos de timberos industricidas de la City. Pero Martínez de Hoz no se atrevió a privatizar o cerrar las industrias militares. Sí lo hizo, en tiempos del presidente Carlos Menem, Domingo Cavallo.

En aquel 1982, poniendo las cosas en perspectiva, el entonces capitán de fragata Julio Pérez no era un marciano bajado de un plato volador. Era un producto educativo casi inevitable del único país de la región con suficiente ingeniería como para haberse dotado entre los ’50 y los ’80 de una industria electrónica exportadora. ¿Se acuerda de los equipos de sonido Audinac y Holimar? Todavía son de culto, se venden por fortunas en Mercado Libre y sorprendentemente, muchos aún funcionan. No hace falta que nos crea, véalo y escúchelo en este aviso de Mercado Libre.

¿Recuerda las calculadoras Cifra, de FATE Electrónica? A partir del modelo 311, sorprendentemente bello por diseño, entre 1969 y 1980 “se viralizaron”: dominaron entre el 50% y el 30% de todos los mercados latinoamericanos (salvo Brasil) desde Argentina hasta la frontera de México con EEUU. Prácticamente desalojaron a IBM y Olivetti, arrinconaron a las marcas estadounidenses Hewlett Packard, Remington y Victor, y atajaron 5 años a los “imparables” japoneses de Sharp, Toshiba, Casio y Citizen.

En 1975, y ya sin protección aduanera, Argentina gracias a tales empresas seguía en el “Top Ten” de los fabricantes de calculadoras de mano y de oficina. Pero algunos de los ejecutivos de FATE Electrónica (“manga de moishes y montos”, los llamaba la dirigencia empresarial más tilinga) empezaban a sufrir amenazas y un atentado de la Triple A. Sin embargo, los tipos persistían. En 1979, FATE Electrónica peleaba contra la invasión japonesa escapándose hacia el futuro: armaba una de las dos primeras computadoras de escritorio del mundo, capaz de competir con una IBM «mainframe» del tamaño de un ropero. La otra computadora de escritorio la integraron dos hippies en un garage de Palo Alto, California, y parecía tener menos “banca” para conquistar mercados: era la Apple I.

El “dumping” electrónico de Japón y la hostilidad del ministro Martínez de Hoz contra Fate Electrónica finalmente ganaron, y para proteger ALUAR y FATE Neumáticos, los Madanes cerraron su planta más genial y ofensiva en 1980. La compró una firma japonesa, para desmantelarla. El Silicon Valley argentino pudo haber sido San Fernando, provincia de Buenos Aires.

La fabricación de armamento complejo propio es más vieja. Tuvo debut oficial en 1927, cuando el presidente Torcuato Alvear fundó la Fábrica Militar de Aviones. Y desde 1941 hasta 1970, con Fabricaciones Militares (FM) y los Astilleros Río Santiago, ésta industria de defensa fue la más avanzada de Sudamérica, y tuvo una tracción descomunal sobre la industria civil. Sin Fabricaciones Militares, la Argentina no habría producido siquiera cables eléctricos, o ácido sulfúrico.

La rareza de Pérez, en todo caso, fue pertenecer a un arma muy técnica, como la Armada, pero especialmente adversa al equipamiento nacional. Los números definen. Una revisión del catálogo Histarmar de buques de la Armada entre 1900 y 2013 arroja un total acumulado de 318 naves de todo tipo, de las cuales 56 fueron construidas en la Argentina.

Si estrechamos el campo a “diseñadas y construidas” en Argentina, para dejar afuera las ensambladas bajo licencia, quedan 47 naves realmente Nac & Pop, entre las cuales hay únicamente 12 de combate. Pero si el título es “Naves de combate diseñadas y construidas en Argentina”, nos quedamos con 10 barcos chicos: 8 rastreadores y 2 patrulleros chatarreados hace ya mucho. 10 sobre 318 unidades.

Las fechas de alta de esas naves de guerra totalmente locales son significativas: entran en servicio entre 1937 y 1946. Europa y EEUU no vendían nada, por estar en guerra o preparándose para ella. Tuvimos que arreglárnoslas solos no sólo con el armamento, sino con los repuestos y componentes de los tractores, máquinas herramienta, locomotoras, automóviles e incluso aviones. Y a diferencia del resto de la región, como consecuencia de 70 años de educación pública de excelencia, éramos un país lleno de ingenieros y técnicos. La industria argentina no nació de un repollo.

Preferimos recordar las veces que el país usó en guerra su mejor capital en la paz: la investigación, el desarrollo de recursos humanos de punta, y la creatividad tecnológica. Porque logró mucho más, y con cero bajas argentinas.

Por eso, esta nota va para Pérez, Torelli y Shugt.

Daniel E. Arias

La conmovedora historia de Tom, el perro callejero que murió en Malvinas

Fue la mascota de un grupo de soldados que lo llevaron de polizón; en la guerra de 1982 también se destacaron los ovejeros de la Infantería de Marina, algunos de los cuales se quedaron en las islas para siempre

10 de junio de 202110:23

En la guerra de Malvinas, que transcurrió entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, murieron 650 combatientes argentinos. Naturalmente, en esas cifras no figuran los perros caídos en combate o desaparecidos en las islas.

Los canes muertos en la guerra, hasta donde se sabe, fueron tres, todos del bando argentino, porque del lado inglés, según pudo confirmar LA NACIÓN, no hubo animales que integraran la Fuerza de Tareas Británica.

Dos de estos sabuesos pertenecían a la Agrupación Perros de Guerra de la Infantería de Marina y, de acuerdo con la nómina del Batallón de Seguridad de la Armada Argentina, fueron parte de un grupo de 18 pastores de distinto pelaje adiestrados para cumplir misiones tácticas.

La Agrupación Perros del Batallón de Seguridad de la Armada Argentina llevó a las islas 18 pastores de distinto pelaje adiestrados para cumplir misiones tácticas; en la foto, un infante de marina patrulla Puerto Argentino
La Agrupación Perros del Batallón de Seguridad de la Armada Argentina llevó a las islas 18 pastores de distinto pelaje adiestrados para cumplir misiones tácticas; en la foto, un infante de marina patrulla Puerto Argentino Defensa Nacional

Pero el tercer perro caído en el enfrentamiento entre la Argentina y el Reino Unido no fue un can militar, no tenía pedigree ni había sido entrenado para la batalla. Este último héroe fue un callejero sin raza que viajó como polizón a las islas escondido entre los soldados del Grupo de Artillería 101 del Ejército Argentino, al que bautizaron Tom.

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La historia de Tom, cuyo nombre corresponde a las iniciales “Teatro de Operaciones Malvinas”, fue relatada por el Veterano de la Guerra de Malvinas (VGM) Omar Alberto Liborio, con un sentimiento tan profundo que desde que se publicó en los primeros blogs de principios de los años 2000, en cada aniversario vuelve a viralizarse con mayor fuerza.

Finalizado el enfrentamiento bélico, la mayoría de los canes militares recibió reconocimientos, condecoraciones y hasta monumentos, y este texto pretende rendirle un pequeño homenaje a los mejores amigos del soldado.

Perros de guerra, los mejores amigos del soldado; en la imagen, Cabo, el perro sargento
Perros de guerra, los mejores amigos del soldado; en la imagen, Cabo, el perro sargento Ejército Argentino

Los perros del Reino Unido en las islas

La pequeña guarnición militar inglesa que defendía las islas antes del desembarco argentino del 2 de abril de 1982 no contaba con perros de seguridad, y la flota naval que se dispuso a recuperar el archipiélago tampoco los llevó, confirmó a este cronista Fran Biggs, histórica integrante del staff del diario local Penguin News.

La situación es muy distinta hoy día, cuando las fuerzas armadas británicas realizan maniobras militares en las islas con soldados y perros de combate transportados en helicópteros Chinook de la Real Fuerza Aérea (RAF).

La guarnición militar inglesa que defendía las islas Malvinas no contaba con perros de seguridad, y la flota naval que se dispuso a recuperar el archipiélago tampoco los llevó
La guarnición militar inglesa que defendía las islas Malvinas no contaba con perros de seguridad, y la flota naval que se dispuso a recuperar el archipiélago tampoco los llevó Ejército Argentino

Todavía más, en 2013 el Reino Unido reconvirtió el viejo asilo canino creado después de la guerra y construyó un nuevo sitio para albergar a 22 perros tácticos, elementales para realizar patrullajes en el campo, detectar explosivos tanto en el puerto como en el aeropuerto, y buscar personas.

A la luz de la historia, la incorporación de perros de combate al servicio británico en Malvinas quizá haya sido una enseñanza que les dejó la guerra.

Los sabuesos argentinos

La Sección Perros de Guerra de la Armada Argentina tenía la misión de brindar seguridad en Puerto Argentino, detectar infiltraciones del enemigo y alertar sobre posibles sabotajes.

Estaba integrada por 18 sabuesos con sus soldados guías y arribaron a Malvinas a bordo del ARA “Bahía Buen Suceso” el domingo 11 de abril de 1982, al mando del Teniente de Fragata infante de Marina, Miguel Alberto Paz, de acuerdo con la información publicada por el sitio oficial de la Marina.

“Desde su llegada y hasta que fueron al campo de prisioneros finalizada la guerra, la Sección de Perros de Guerra en Malvinas efectuó tareas de seguridad” y funcionó como “apoyo logístico a las tropas de primera línea”.

El soldado Jorge Rinaldi patrullando las calles de Puerto Argentino con el perro "Nick". La foto pertenece al corresponsal de guerra Eduardo Rotondo.
El soldado Jorge Rinaldi patrullando las calles de Puerto Argentino con el perro «Nick». La foto pertenece al corresponsal de guerra Eduardo Rotondo. Defensa Nacional

De esta sección hubo dos canes caídos en combate; en realidad, se los reconoce como desaparecidos en acción y se llamaban Negro y Ñaro. De acuerdo con fuentes navales, tanto sus cuerpos como sus collares jamás aparecieron y se los presume muertos, por más que algún deseo romántico pudiera imaginarlos asilvestrados por los campos de las islas, luego de haberse desorientado por el feroz estruendo de las bombas.

Como publicó la revista Soldados en 2010, hubo una versión “nunca confirmada, que señala que un oficial británico se quedó con uno de ellos. Por lo menos esa era la esperanza de la Sección”.

Hubo actuaciones destacadas que tuvieron finales felices, como la de los perros de combate Vogel y Xuavia. El primero fue el primer can de guerra condecorado por su accionar en combate.

Perros Veteranos de la Guerra de Malvinas (VGM) vuelven al continente a bordo del ARA Almirante Irízar
Perros Veteranos de la Guerra de Malvinas (VGM) vuelven al continente a bordo del ARA Almirante Irízar Guillermo Bertoldi / Negro Sólido

Xuavia, por su parte, una ovejera alemana cuyo guía fue el soldado clase 62 Carlos Silvas, participó de varias misiones durante los combates en los alrededores de Puerto Argentino y una de ellas se ha transmitido año tras año como un ejemplo de amistad irrenunciable con los camaradas en lucha.

La noche del 13 de junio de 1982, horas antes de la rendición argentina, Xuavia se separó del grupo de soldados que estaba replegándose y pareció extraviarse en la oscuridad, durante el fragor de los bombardeos.

Al amanecer, una patrulla de infantes argentinos, guiada por sus ladridos, la encontró, a dos kilómetros del pueblo, dándole calor a un soldado herido que estuvo a punto de congelarse.

Mortero, el ovejero dorado que cayó prisionero

Mortero fue un perro táctico del Regimiento Infantería Mecanizada 8 (RIM8) del Ejército Argentino, que se asentó en la Bahía Fox de la isla Gran Malvina, cuyo guía fue el cabo 1° Víctor Alberto Funes.

Mortero fue un perro táctico del Regimiento Infantería Mecanizada 8 (RIM8) del Ejército Argentino; en la foto posa con su guía, el cabo 1° Víctor Alberto Funes
Mortero fue un perro táctico del Regimiento Infantería Mecanizada 8 (RIM8) del Ejército Argentino; en la foto posa con su guía, el cabo 1° Víctor Alberto Funes VGM Víctor Alberto Funes

Como cuenta el VGM Carlos Alberto González, este ovejero dorado acompañaba a la patrulla por entre el campo minado de la gran isla oriental y se quedaba esperando en una tranquera a que volvieran los soldados de la misión. “Cuando regresábamos del Monte Sulivan, Mortero se alegraba de vernos”, recuerda González.

Con la rendición, los soldados fueron trasladados al buque inglés Norland como prisioneros de guerra, y Mortero fue uno más. Cuentan que los ingleses no lo querían llevar “porque les orinó las alfombras al buque”, pero ante la insistencia de los soldados, lo dejaron quedarse.

González dice que “cada Veterano ‘del 8′ tendrá alguna anécdota para contar, pero todos vamos a coincidir en que Mortero fue un soldado más del Regimiento”.

Tom, el cuzquito artillero

Los historiadores militares coinciden en que los perros son indispensables en los conflictos bélicos, y desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días las historias de animales heroicos abundan.

Más allá del apoyo táctico o la alerta en el combate, dando aviso de un ataque aéreo o de la infiltración de una patrulla enemiga, los perros resultan un apoyo emocional clave para los soldados.

Una nota de la revista Radiolandia 2000 sobre los perros en Malvinas en abril de 1982- En la foto el soldado Angel Albarracin con el "Ranquel" y al fondo el soldado Carlos Silvas, el guía de la heróica "Xuavia" (colage por David Boskovic Favre)
Una nota de la revista Radiolandia 2000 sobre los perros en Malvinas en abril de 1982- En la foto el soldado Angel Albarracin con el «Ranquel» y al fondo el soldado Carlos Silvas, el guía de la heróica «Xuavia» (colage por David Boskovic Favre) Guillermo Bertoldi / Negro Sólido

Tom, como se desprende del relato del VGM Omar Liborio, cumplió con esas dos misiones; por un lado, perro artillero, eficaz alarma frente a bombardeos británicos; por el otro, compañía fundamental, apoyo moral y mejor amigo del soldado, tanto que, como recuerda su camarada, Tom solía acercarse al combatiente que andaba triste.

A continuación, la historia completa del cuzquito que desde 2014 tiene un monumento en la localidad bonaerense de Ascensión, partido de General Arenales, narrada por quien lo llevó a las Malvinas:

El camión me esperaba afuera, junto a mis soldados y los equipos. Tomé un gran manojo de camperas y me dirigí a la carrera, pero se me cruzó un perro de la base que habíamos criado desde cachorro y me hizo caer.

Me levanté maldiciendo, tomé otra vez las camperas y retomé mi camino, pero a los pocos metros otra vez el perro me hizo caer. De la bronca, lo tomé y le dije “te venís con nosotros a Malvinas” y lo subí al camión.

Al ver el perro, el soldado Cepeda me preguntó asombrado: “¿Y eso mi Cabo Primero? ¿Cómo se llama el perro?”.

Entre risas le contesté: “Desde hoy se llama Tom, porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas”.

Al poco tiempo se transformó en el ser más mimado y querido entre todos, pero debíamos ocultarlo de los superiores, por eso en las inspecciones siempre estaba dentro de algún bolso, campera o saco de donde solo salía su hocico para respirar.

Luego de unos días de espera en Santa Cruz, partimos en un Hércules hacia las Islas Malvinas transportando a nuestro personal, dos cañones Sofma, un Unimog y desde luego a Tom, que para esa altura ya era otro soldado movilizado del Grupo de Artillería 101.

Como Tom, Cabo no es un perro de raza; fue ascendido a sargento por el Ejército Argentino en 2016
Como Tom, Cabo no es un perro de raza; fue ascendido a sargento por el Ejército Argentino en 2016 Ejército Argentino

En Malvinas, Tom se comportó como un bravo artillero. Cuando tirábamos con la máxima cadencia de fuego hacia los británicos, él se paraba delante del cañón como el mejor de los combatientes; siempre ladraba y jugaba con aquel que estaba bajoneado en los momentos de calma para darle ánimo; cuando había “alerta roja de bombardeo naval” era el primero en salir del refugio para buscar a los más alejados y el último en entrar a cubrirse; y muchas veces su instinto canino presintió los bombardeos aéreos antes que se gritara la alarma, lo cual manifestaba con ladridos que ya conocíamos.

Compartía con nosotros la comida y los soldados le fabricaron un abrigo con los gorros de lana y bufandas.

El 11 de junio, a las 11.15, un avión pirata se lanzó frenéticamente sobre nuestra posición bombardeando nuestro cañón y haciéndolo estallar, nosotros corrimos a cubrirnos y Tom, como siempre, parado sobre una roca ladraba dando la señal de alerta.

El avión efectuó otra pasada, esta vez ametrallando con furia nuestra tropa que repelía el ataque con fusiles, en esta oportunidad varios fueron heridos (yo entre ellos), y Tom, que corría avisándoles a los más distantes, fue alcanzado por las esquirlas.

El humo y el olor a pólvora cubrieron el lugar. Como pudimos, heridos, buscamos a Tom y lo encontramos tendido sobre una piedra inmóvil, con sus grandes ojos negros mirándonos y despidiéndose lentamente de sus camaradas.

Allí quedó para siempre nuestro cañón y el mejor testigo de esta gesta, nuestro querido Tom. Allá en la fría turba malvinera él es otro bastión argentino, que junto a los héroes que dieron su vida por la Patria significan soberanía y un especial estilo de vida.

Cuando volví al continente, en honor a él, todos los perros que tuve se llamaron Tom y mientras yo viva así lo haré.

Tom en Malvinas fue mi mejor amigo. ¡Y yo jamás olvido a mis amigos!

Malvinas: la historia del excombatiente dado por muerto y que rechazó una invitación de la TV inglesa

1 de abril de 202116:29

Miguel Braillard

Se trata de “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”; ahí cuenta cómo derribó con su cañón antiaéreo el Harrier de Bob Iveson

Ramón Garcés era un adolescente de 18 años como tantos cuando llegó a las Islas Malvinas
Ramón Garcés era un adolescente de 18 años como tantos cuando llegó a las Islas Malvinas

Ramón Garcés era un adolescente de 18 años como tantos cuando llegó a las Islas Malvinas, nada menos que para combatir en la guerra como soldado conscripto raso. Estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio en la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia. Aprendió a manipular armas en el territorio, como la mayoría de sus compañeros. Y el 1º de mayo, a un mes del desembarco, se convirtió en protagonista obligado de una situación tan inesperada como insólita: fue dado por muerto luego de volar por los aires durante el feroz ataque inglés a Darwin.

Pero Garcés estaba más vivo, conmovido y certero que nunca. Lo demostró en el hostil terreno. Carente de instrucción y preparación alguna, con apenas dos clases de “capacitación” en un deteriorado pizarrón, fue obligado en la práctica ante las bajas que venían soportando a hacerse cargo de la batería antiaérea abandonada por el suboficial especializado a cargo. Y tras durísimos combates con los Harrier que atacaban Darwin y Pradera del Ganso (Goose Green, para los ingleses) tuvo en su mira el avión que piloteaba el experimentado comandante Bob Iveson. Lo impactó y derribó.

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/malvinas-la-historia-del-excombatiente-dado-por-muerto-y-que-rechazo-una-invitacion-de-la-tv-inglesa

Su historia personal y esa proeza dio lugar a la creación del documental “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”, dirigido por Noelia Medina, que acaba de presentarse. Y al recorrer las redes, llegó a manos de periodistas de todo el mundo, entre ellos un grupo de escoceses que intentaron armar un show televisivo en el Reino Unido, buscando sentarlo frente a frente a Bob Iveson, que milagrosamente logró sobrevivir al ataque de Garcés. La intención del programa era recrear los trágicos momentos vividos por ambos durante el conflicto bélico.

Les urgía la respuesta porque querían realizarlo con miras al 39° aniversario del inicio de la guerra del Atlántico Sur por la soberanía de las Islas que enfrentara a la Argentina y Gran Bretaña, a cumplirse el próximo 2 de abril de 1982.

Su historia personal y esa proeza dio lugar a la creación del documental “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”
Su historia personal y esa proeza dio lugar a la creación del documental “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”

El estreno de este video y su multiplicación en redes despertó un especial interés de productores de la BBC de Londres y del diario más popular de Reino Unido, el tabloide sensacionalista The Sun, para la realización de un programa de televisión. La oferta para Garcés incluía pasajes, hotelería, comidas, turismo interno y unas cuantas libras esterlinas para él.

Pero los entusiastas productores británicos se encontraron con la tajante negativa de Garcés: “Lo hacemos cuando devuelvan nuestras Islas y en mi país. Por mi parte, considero que me convertiría en un hipócrita si me prestaba a montar un show mediático, ya que hace 39 años, yo no tenía ni idea que el derribado era Iveson y él tampoco sabía quién lo derribó”.

Garcés sonríe orgulloso por haberse negado a prestarse al pretendido show mientras rememora que cumplió sus 19 años en las islas el 13 de mayo de 1982, y que su pasión por aquellos tiempos estaba puesta en el vóley: lo jugaba en el club Ferrocarril Oeste y había sido convocado para integrar la Selección Argentina Juvenil, justo días antes de ser enrolado para defender Malvinas.

Su sueño deportivo se esfumó, ya que cuando pudo regresar de las islas había perdido 14 kilos y se encontraba en muy mal estado físico, situación que no le permitió formar parte del equipo para el mundial que se jugó en la Argentina en octubre de ese mismo año.

"Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés", contó
«Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés», contó

Garcés, quien fue postulado al doctorado Honoris Causa en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) por lograr tres títulos universitarios (Licenciado en Ciencias Políticas, Administración Pública y Deportes) ya había tenido una experiencia importante ligada al arte audiovisual por sus intenciones de visibilizar una problemática que vinieron padeciendo los excombatientes de Malvinas: los más de 500 suicidios que se produjeron hasta la fecha. Por ese motivo redactó el guion del film “Entre Dos Mundos, una película de posguerra”, protagonizada por Coco Sily y producida por el manager Jorge Zonzini.

El film, ya emitido en televisión, participó de varios festivales internacionales, integra actualmente las plataformas del INCAA y el canal CINE.AR, y ahora será difundido en el Auditorio de la Cancillería Argentina promovido por la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur.

En diálogo con LA NACIÓN, Ramón Garcés se sincera: “¿Me pedís sensaciones? Muchísimas. ¿Sabés una cosa? Mi objetivo en la guerra no era matar, sí defenderme, luchar, dar pelea. Muchas veces tuve que disparar al cuerpo del enemigo con mi cañón, pero lo hacía para que mis compañeros pudieran sobrevivir al ataque que teníamos cada vez más cerca. Estaba la vida de ellos en juego y yo pensaba que con mis disparos los estaba salvando, no que estaba matando al adversario”.

En el libro que escribió, Malvinas, la batalla de Darwin y Goose Green, Garcés cuenta su traumática experiencia de primera mano, de alguien que lo vivió desde la trinchera. Y confiesa sin ningún pudor que estuvo 25 años sin querer hablar de Malvinas, hasta que encontró su momento interior que lo impulsó a convertirse en un referente de la comunicación del conflicto. “¿Si me quedaron miedos? Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. ¿Sabés por qué? Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés. Así comienza el documental, con ese estruendo que le permite al público sentir por un instante lo que nosotros padecíamos a cada rato, una verdadera tortura”, concluye.