Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico

Se cumplen 192 años del establecimiento de un Gobierno Nacional en las Islas Malvinas.

Publicado el jueves 10 de junio de 2021

Como cada 10 de junio, hoy recordamos un nuevo aniversario de la creación, en 1829, de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico. Su instauración fue la afirmación de nuestra soberanía sobre las islas desde nuestra emancipación y en condición de legítima heredera de España de estos territorios.

Durante aquellos años, desde Buenos Aires se dictaron normas y se establecieron estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de nuestra soberanía, fomentando el desarrollo de actividades comerciales, el asentamiento de población y el establecimiento de una sede de Gobierno, hace ya 192 años, a cuyo frente quedó el entonces gobernador Luis Vernet.

Este ejercicio efectivo de soberanía se interrumpió el 3 de enero de 1833, cuando el Reino Unido expulsó, mediante un acto de fuerza, a las legítimas autoridades argentinas y a la población que allí vivía, quebrantando la integridad territorial de nuestro país. Este acto de fuerza no fue consentido por ningún Gobierno argentino.

A partir de esa fecha, y, desde entonces, las islas son objeto de una disputa de soberanía con el Reino Unido, la que es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante la Resolución 2065 de la Asamblea General, aprobada el 16 de diciembre de 1965.

En cumplimiento de ésta, desde 1966, ambos países llevaron a cabo negociaciones para alcanzar una solución pacífica a la disputa.

Pese a las innumerables invitaciones de la Argentina y a la exhortación de las Naciones Unidas, el Reino Unido se negó de manera sistemática a retomar las negociaciones de soberanía e inició en 1976 su intento de reemplazar la fórmula de negociación, por la de contemplar “los deseos de los isleños” como única solución.

Desde 1833, durante casi 150 años la Argentina produjo constantes reclamos diplomáticos, sin resultados concretos. El conflicto tuvo avances y retrocesos, pero nunca se llegó al reconocimiento esperado por nuestro país.

Hacia fines de 1981, las autoridades argentinas percibieron por parte de Gran Bretaña indicios contradictorios en el manejo del tema, que tendían a congelar las negociaciones. Fue así como dispusieron la previsión de planes militares, y devino luego la Guerra de Malvinas

La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y de conformidad con el Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable de todos los argentinos, tal como lo establece la Disposición Transitoria Primera –de 1994- de nuestra Constitución Nacional.

39 años después del Conflicto del Atlántico Sur

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, se ha expresado la necesidad de reanudar las negociaciones bilaterales a la brevedad posible, que han sido reiteradas por 10 resoluciones de la Asamblea General, y 37 resoluciones del Comité Especial de Descolonización de la ONU y por la comunidad internacional en numerosas declaraciones de foros multilaterales tales como la OEA, el G77 más China, la Cumbre Iberoamericana, la CELAC, el MERCOSUR, el PARLASUR, el Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA) y la Cumbre Países Árabes – Sudamérica (ASPA).

En su discurso de asunción frente a la Asamblea Legislativa, el Presidente Alberto Fernández afirmó que «no hay más lugar para colonialismos en el Siglo XXI» y planteó que para la democracia argentina no existe otro camino que el de la diplomacia y la paz para hacer valer su demanda.

El Gobierno de la República Argentina está abocado al diseño y la implementación de políticas de Estado para la consecución de ese objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino. Dichas acciones deben estar orientadas al mediano y largo plazo para que puedan perdurar más allá de los cambios de gobierno y sirvan mejor a los intereses permanentes de la Patria, en el marco de la pluralidad y la riqueza que caracterizan a nuestra democracia.

A tal efecto, el Gobierno argentino continúa trabajando para consolidar el apoyo de la comunidad internacional en la Cuestión de las Islas Malvinas y defender de manera inclaudicable sus derechos soberanos en el Atlántico Sur. Las ilegítimas actividades de exploración y explotación de los recursos naturales y la desproporcionada e injustificada presencia militar británica en el Atlántico Sur son acciones contrarias a la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas, que insta a las partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras se encuentre pendiente la disputa de soberanía.

Las acciones tendientes a afirmar los derechos argentinos sobre los archipiélagos del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes parten de la sincera y profunda convicción de que éstas deben ser llevadas a cabo de manera pacífica, evitando la militarización del Atlántico Sur, y guiadas por valores humanitarios universales.

La República Argentina reitera una vez más su derecho inalienable sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, así como su firme disposición a reanudar a la brevedad las negociaciones de soberanía con el Reino Unido para dar una solución definitiva a esta situación colonial.

¿Por qué las Malvinas son y serán argentinas?

Por razones históricas: Fueron de España hasta 1811 y, en consecuencia, de Argentina –por herencia- hasta 1833 cuando fueron usurpadas por Gran Bretaña (en plena paz y amistad con nuestro país). El pabellón celeste y blanco fue izado en suelo malvinense el 6 de noviembre de 1820, por el Coronel de Marina David Jewett, comandante de la Fragata “Heroína”.

Por razones geográficas: Se hallan dentro de la plataforma submarina argentina, a una distancia de 346 kilómetros de la costa continental (y a 12.000 kilómetros de Inglaterra).

Por razones de derecho internacional: Desde el Tratado de Tordesillas y por tratados sucesivos, siempre fueron españolas. Argentina las heredó, ocupó y ejerció su soberanía.

Porque desde 1833 en que fueron usurpadas por Inglaterra, nunca se ha renunciado a ellas.

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El jefe de Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina recibió a suboficiales veteranos de Guerra de Malvinas

El titular de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Xavier Julián Isaac, recibió a suboficiales veteranos de Guerra de Malvinas, en un encuentro realizado en honor del personal subalterno de destacada trayectoria en el último y más importante conflicto internacional del siglo XX en el que participó nuestro país

Por 1er Ten. Gustavo Liébana / Fotos: SA Fabricio Osre y C1° Rocío Martínez

El martes 22 de junio se realizó un encuentro en honor del personal militar subalterno desplegado en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur.

Arribo de aeronave Learjet 35 A

En un esfuerzo coordinado entre la conducción máxima de la Institución, brigadier mayor Xavier Julián Isaac, el Comando de Adiestramiento y Alistamiento, a través de la II Brigada Aérea de Paraná y la Base Aérea Militar Mar del Plata, quienes pusieron a disposición una aeronave Learjet 35 A y un Cessna C-182, con el apoyo y asistencia de la Secretaría General.

El titular de la Fuerza Aérea Argentina saluda a los suboficiales veteranos de Guerra de Malvinas que participaron de la reunión

Esta iniciativa forma parte de la agenda permanente que mantiene la máxima autoridad en relación a la continuidad en el tiempo del reconocimiento al accionar del personal participante de la Gesta de Malvinas como hecho importante de la identidad institucional, que tiene como principales ejes la realización de encuentros periódicos con los veteranos que tienen como objetivo la actualización de la realidad personal de cada uno y la transferencia generacional de la experiencia desarrollada en combate.

En tal sentido, durante la jornada los veteranos intercambiaron vivencias y conocimientos adquiridos a partir de las lecciones aprendidas en el campo de batalla y en contacto con el enemigo, aspectos que arrojaron un balance positivo hacia el final de la reunión en cuanto a la gratificación de propiciar espacios significativos de camaradería, participación y pertenencia para el personal, y de la productividad de la transmisión de la información como avances sustanciales hacia la conmemoración del 40° Aniversario del Conflicto del Atlántico Sur.

Suboficiales Veteranos de Guerra de Malvinas reunidos

En el evento participaron además el subjefe de la Fuerza Aérea, brigadier mayor Hugo Schaub; el titular de la Secretaría General, brigadier Fernando Mengo; el titular del Comando Conjunto Aeroespacial, brigadier mayor Marcelo Guerrero; el titular de la Dirección General de Personal y Bienestar, brigadier Carlos Masino; y el suboficial de Estado Mayor, suboficial mayor Gustavo Ferreyra.

Suboficial retirado VGM Herrera

Por su parte, el grupo de veteranos que asistió en representación del personal militar subalterno destacado en Malvinas estuvo conformado por los suboficiales mayores “VGM” (R) Hugo Bornices, Gerardo Romero, Vianey Cufre, Miguel Forni, Juan Mansilla, José Guastalla, Hugo Herrera, Rodolfo Villaverde, Carlos Trímboli, y el suboficial ayudante “VGM” (R) Carlos Téves.

Suboficiales Veteranos de Guerra de Malvinas reunidos

Suboficial mayor “VGM” (R) Hugo Bornices

Mecánico de abordo y tripulante de Learjet 35 A, integraba la Sección Nardo del Escuadrón Fénix con el numeral 2 (Nardo 2)

“Además de cumplir con las misiones asignadas, nosotros manteníamos los aviones en vuelo, hacíamos los traslados de las tripulaciones cuando había que hacerlos, y realizábamos tareas de búsqueda y salvamento todos los días”.

“También participamos de vuelos de diversión sobre la Flota británica, para hacer que despegaran los aviones. Nosotros simulábamos ser los aviones de caza, ya que los perfiles del Learjet poseen una figura que se parece a un caza”.

“Lamentablemente, estuve en la misión desgraciada para nuestro Escuadrón, como numeral 2 del Nardo 1, el T-24 cuando fue derribado. Otra experiencia similar fue cuando fuimos a ver si encontrábamos al TC-63, cuando fue derribado”.

“Como experiencia de vida y como legado para las próximas generaciones de lo que me tocó a mí vivir de más joven, puedo decir que la convicción que tenía en ese momento con la Fuerza y en todo lo que hacíamos formaba parte de lo que habíamos decidido de jóvenes cuando ingresamos a la Fuerza Aérea: defender a la Patria y por supuesto estar compenetrados totalmente con nuestra profesión”.

Suboficial mayor “VGM” (R) Hugo Bornices

Suboficial mayor “VGM” (R) Gerardo Romero

Mecánico en electrónica – Grupo 1 de Comunicaciones Escuela (G1CE), con asiento en la II Brigada Aérea de Paraná. Tuvo a su cargo la instalación, mantenimiento y reparación de equipos de radio HF Grinel en toda la Base Aérea Militar Malvinas (BAM Malvinas).

“Partimos el 2 de abril hacia Puerto Argentino. A nuestro arribo descargamos los equipos de comunicación del avión y buscamos un lugar adecuado dentro del aeropuerto para instalarlo y realizar la primera comunicación. A medida que llegaban nuevos vehículos mi función era instalar todo el equipamiento, el puesto comando en Puerto Argentino, los equipos de comunicación en las piezas de artillería, radares y demás”.

“Me moví durante el 2 de abril hasta el 13 el junio donde salgo en el último vuelo, siempre reparando equipamiento, haciendo instalaciones, controlando los equipos de las piezas de artillería, mantenimiento del radar, y turno de operador de comunicaciones junto con el resto”.

“Algo que me marco desde que llegué fue el primer bombardeo (1° de mayo – 4:40hs AM). Nos despertamos todos y nos preguntábamos si no se sentía algo raro, cuando empezaron a caer las bombas, ahí nos dimos cuenta donde estábamos metidos. El día anterior habíamos estado haciendo instalaciones en el aeropuerto”.

Suboficiales veteranos de guerra de Malvinas reunidos con el Secretario General de la Fuerza Aérea Argentina

Suboficial mayor “VGM” (R) José Guastalla

El entonces cabo Guastalla se desempeñaba como mecánico del Escuadrón Aeromóvil Pucará en Pradera de Ganso y Puerto Argentino. Fue herido en combate y debió ser enviado al continente para su recuperación en el Hospital Aeronáutico Central.

“La Gesta de Malvinas fue muy importante para mi carrera militar, pudimos cumplir con una misión asignada lo mejor posible de acuerdo a los medios que teníamos, no solamente a través de lo que aprendimos en los Institutos y de nuestros instructores”.

“Como legado me gustaría dejar a los más jóvenes de la Institución que la vocación de servicio y el espíritu del soldado son la mejor herramienta y la mejor compañía que uno podría tener en todas las situaciones de la vida, sea en el combate o en tiempos de paz”.

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El 12 de mayo y el escudo de latón: Historias para no olvidar

Esta historia, como tantas otras, trata de honrar la memoria de nuestros caídos en la Gesta de Malvinas en aquel frio invierno de 1982, en especial a los integrantes del Grupo V de Caza de la V Brigada Aérea

Por brigadier mayor «VGM» (R) Mario Fernando Roca

Esta historia, como tantas otras, trata de honrar la memoria de nuestros caídos en la Gesta de Malvinas en aquel frio invierno de 1982, en especial a los integrantes del Grupo V de Caza de la V Brigada Aérea.

Si bien este relato no está ligado directamente a las acciones bélicas llenas de entrega y de valor de los integrantes de nuestra Fuerza Aérea Argentina en aquellos días, trata, de alguna manera, de dejar para las generaciones futuras la historia viva de recuerdos de aquellos que en esa oportunidad histórica debimos cumplir con nuestro juramento de defender a la Patria hasta perder la vida.

Esta historia comienza un miércoles 12 de mayo de 1982. En aquella oportunidad, el II Escuadrón de A4-B desplegado en Río Gallegos perdió los primeros cuatro pilotos en cumplimiento de las Ordenes Fragmentarias ordenadas para ese día, OF 1177 “CUÑA” y OF 1180 “ORO”. Los que tuvieron la oportunidad de regresar han relatado durante estos 39 años el valor y heroísmo de sus camaradas caídos.

En lo personal, al igual que todos los integrantes del Grupo de Halcones, ese día nos sentimos golpeados, dolidos, incluso sin entender con claridad lo que nos había pasado. Gracias al espíritu de equipo y la hermandad en la que nos habíamos entrenado, logramos superar el amargo trance de perder a camaradas y amigos.

Para mí significó un gran golpe, en especial por la pérdida de un gran amigo, un hermano, el primer teniente (PM) Jorge Ibarlucea. Se me hacía muy difícil tratar de comprender por qué unas horas antes yo le había alcanzado el casco en la escalera de su avión y un rato después ya no estaría nunca más con nosotros, sólo quedaba el silencioso recuerdo de su incondicional amistad y de su mágica sonrisa.

Primer teniente Post Mortem Jorge Ibarlucea

Al día siguiente, como nuestro Escuadrón estaba alojado en el Hotel Santa Cruz en la Ciudad de Río Gallegos, ya que en la Base Aérea no había suficiente lugar, me puse a dibujar en el bar del hotel, tratando entre trazo y trazo de asimilar, de aceptar y de buscar algo que me permitiese comprender los dolorosos sucesos del día anterior.

Hice varios garabatos, la mayoría de ellos sin sentido, sin saber con claridad que quería o tenía que dibujar. En un momento me vino a la mente hacer algo alegórico que pudiésemos poner en el casco de vuelo y que nos hiciese recordar cada vez que lo usásemos la pérdida de nuestros camaradas.

Así fue que dibujé con lápiz sobre una hoja de papel la silueta de una bomba MK-17 de origen inglés y dentro de ella una Fragata Clase 22, la HMS “Brilliant”, que, por los informes de inteligencia del momento, era el buque alcanzado por mi querido amigo. Luego de varias pruebas, para que quedara más o menos bien, le agregué “Fuerza Aérea Argentina” y «Grupo 5 de Caza” en la parte superior del dibujo.

Escudo de latón de las Islas Malvinas

Ansioso por poder hacer algo más, fui a un kiosco-librería que había en el centro de la ciudad que tenía una fotocopiadora y una simpática señora que la atendía. Le pregunte si tenía Con-tac blanco y me dijo que sólo tenía disponible un color verde brillante y un pedazo de color crema satinado. Le pregunté si me podía hacer unas calcomanías con el Con-tac color crema que, aunque era horrible, era el único disponible.

Le mostré el dibujo y le explique cuál era la idea, porqué y para qué era. Enseguida se mostró predispuesta a tratar de ayudarme con mi pedido. Con toda gentileza y empeño hizo muchas pruebas quemando y achicharrando varios pedazos de Con-tac, que casi arruinan su fotocopiadora. Luego de unos cuantos intentos, sólo una impresión quedó en condiciones aceptables, ya que si el Con-tac no se achicharraba la tinta se corría con facilidad.

Le agradecí todo su esfuerzo y su gentileza ya que no me quiso cobrar ni el Con-tac, ni las hojas, ni su tiempo, grandiosos patriotas anónimos de Río Gallegos que en silencio nos acompañaron durante la guerra y nos hicieron sentir como en nuestra propia casa.

Antes de salir, y sin saber cómo agradecer, vi en el mostrador de vidrio algo que me llamó la atención: unos escudos metálicos de latón bronceado y esmaltados, con dos tornillos en la parte trasera, para colocar, como era común en su época, en el paragolpes de los autos. Uno, del Automóvil Club Argentino, otro con la silueta de la Tierra del Fuego y uno que me pareció muy bonito con la silueta de las Islas Malvinas.

Compré, el del Automóvil Club y el de las Islas Malvinas. El primero con la idea de regalárselo a mi esposa que ya en aquel entonces era socia del ACA. y el de Malvinas para pegar, de alguna manera, en mi casco de vuelo.

Unos días después recorté y coloqué en el lado izquierdo de mi casco de vuelo la calcomanía alusiva al ataque sobre la fragata “Brilliant” y del lado derecho el escudo metálico de las Islas Malvinas pegado con Poxipol, luego de cortarle los tornillos que traía soldados por detrás y que servían para adherirse al paragolpes de los autos.

Por su significado y porque realmente era muy bonito, el formato de este escudo se generalizó para su uso. Al regresar de la guerra, los Halcones del Grupo V de Caza, lo adoptaron como propio y le introdujeron algunas modificaciones como los laureles en oro para aquellos que habían participado en forma directa en la contienda.

Algunos años después se hicieron bordar y, sin muchas modificaciones, la Institución lo adoptó para su uso en todos los uniformes de vuelo, de combate y del personal técnico de mantenimiento como un eterno recordatorio del accionar de la Fuerza Aérea Argentina en la Gesta de Malvinas.

En mi hogar, en un lugar especial, conservo ese casco que me acompañó en tantas misiones de combate sobre nuestras Islas y aún lleva en él el mismo escudo de latón y la misma calcomanía.

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La Gesta de Malvinas y un difícil adiós

La Fuerza Aérea Argentina rinde homenaje al comodoro «VGM» (R) Héctor Manuel Rusticcini, una de las tantas personas que lucharon incansablemente por dar a conocer el último y más importante conflicto aeronaval del siglo XX después de la II Guerra Mundial, el único de la era moderna en el que intervino nuestro país en el escenario internacional contra un viejo adversario: “La Gesta de Malvinas”

Por 1er Ten Gustavo Liébana

Comodoro "VGM" (R) Héctor Manuel Rusticcini durante el Conflicto del Atlático Sur

Con motivo de su reciente paso a la inmortalidad, su trayectoria y lo que significa para nuestra Institución, en esta oportunidad queremos realizar mediante esta entrega un sencillo y humilde homenaje al comodoro «VGM» (R) Héctor Manuel Rusticcini, por su invaluable contribución al servicio de nuestra Nación.

Esta decisión se fundamenta sobre todo en el consenso generalizado que existe entre los veteranos de nuestra Institución y de las demás Fuerzas Armadas, en que el comodoro Rusticcini constituye un símbolo de la Gesta de Malvinas en dos momentos históricos.

En primer lugar, por su destacado papel durante el Conflicto del Atlántico Sur. En segundo lugar, por su vocación permanente de transmitir el legado del accionar de la Fuerza Aérea en Malvinas, entendida esta como un conjunto de hechos dignos de ser recordados, especialmente los que destacan por su heroicidad o trascendencia.

Comodoro "VGM" (R) Héctor Manuel Rusticcini

En abril de 1982, el entonces mayor Rusticcini se desempeñaba como jefe del Escuadrón Servicios, jefe del Escuadrón Abastecimiento y del Escuadrón Terminal de Cargas Aéreas (ETCA) en la Base Aérea Militar Malvinas (BAM Malvinas).

Este es uno de los aspectos silenciosos del Conflicto, pero que pone de relevancia el espíritu del personal como un ejemplo a seguir que trasciende largamente el conflicto. La capacidad de un grupo humano como la dotación de la BAM Malvinas de convertirse en el alma del proyecto, pese a tener que lidiar con los grandes obstáculos del terreno, distancia, escasez de medios e inexperiencia de guerra.

Pero sobre todo, porque dicha Unidad desde el primer momento y hasta el último día, fue objetivo prioritario para el enemigo, que concentró su ataque en forma sistemática con todos los medios para destruir la pista, sabiendo que era el único enlace con el continente.

Fachada de la Base Aérea Militar Malvinas

El 14 de abril de 1982 se creó la Base Aérea Militar Cóndor. Al respecto, el comodoro “VGM” (R) Héctor Rusticini afirmó en una entrevistaNosotros teníamos una gran tarea en la Base Aérea Malvinas con todo el material que llegaba por vía aérea. Teníamos tres aviones descargando, uno despegando, uno por aterrizar y cinco esperando para descargar lo más variado que ustedes puedan pensar”.

Comodoro "VGM" (R) Héctor Manuel Rusticcini desfilando en la Av. Libertador

De regreso al continente, el comodoro Rusticcini cumplió primero con la obligación moral de los sobrevivientes de transmitir el testimonio a las nuevas generaciones de la Institución de la epopeya de Malvinas, sus vivencias, sus conocimientos, las lecciones aprendidas, la vocación patriótica plasmada en la inapelable e inalienable defensa de los intereses estratégicos y vitales de nuestra Nación, y el reclamo permanente por la soberanía en nuestra islas Malvinas.

Formación de Veteranos de Guerra de Malvinas en la I Brigada Aérea

Siguiendo su trayectoria testimonial, Rusticcini tuvo como desafío promover la revalorización de la Gesta de Malvinas por parte de la ciudadanía, recuperar y sostener esta iniciativa en el tiempo después del Conflicto, un evento sobre el que muchas veces no se tiene una real dimensión de su trascendencia como sociedad en conjunto, pero que merece el debido reconocimiento y del que toda la población debería sentirse orgullosa porque es algo que le pertenece.

Por todo esto es importante recordar:

Por todo esto es importante recordar:

El Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina, para el cual se pusieron a disposición de la Patria todos sus medios materiales y humanos en defensa de la soberanía nacional sobre las islas Malvinas.

El legado de la inquebrantable voluntad de lucha y espíritu de combate de los veteranos de guerra, aún frente a las más adversas circunstancias, dejando en lo más alto de nuestro cielo a las alas de la Patria.

Nuestros 55 héroes que nos guían para enfrentar nuevos desafíos, siguiendo su ejemplo de valor y entrega.

El accionar de la Fuerza Aérea Argentina en el Conflicto del Atlántico Sur

«El día 15, estando ya embarcado en el Fearless en calidad de prisionero de guerra, fui citado por el capitán Larken (comandante de dicho buque), quien con angustia me interrogó a través de un intérprete para saber si la Fuerza Aérea estaba en condiciones de efectuar un nuevo ataque a la flota. A pesar de haberle dado seguridad de que esto no ocurriría, la flota se mantuvo en alerta permanente durante diez días más, incluso con algunas falsas alarmas. Indudablemente el accionar de la Fuerza Aérea, había calado hondo en el espíritu del enemigo»

Brigadier «VGM» (R) Luis Guillermo Castellano, Ex – Comandante del Componente Aéreo Malvinas

Reconocimiento

«Solamente tenemos -y es de un valor superlativo- un recuerdo y una sentencia. Una respuesta a la esperanza y una severa y firme advertencia al usurpador. Una promesa y una actitud. «TRAS SU MANTO DE NEBLINAS / NO LAS HEMOS DE OLVIDAR», es un lema con el que estamos sosteniendo la validez de esta causa, que se instala en el espíritu de las glorias nacionales.»

Brigadier «VGM» (R) Luis Guillermo Castellano, Ex – Comandante del Componente Aéreo Malvinas

Reino Unido: el impacto del accionar argentino, bajas y material averiado / destruido

“Desafiaron todas las tácticas esperadas”, general de división Julian Thompson

Para el comandante de la 3° Brigada de Comandos de Infantería de Marina, los pilotos argentinos “desafiaron todas las tácticas esperadas” y, durante distintos ataques a la flota británica, lograron confundir a los sistemas de radares, infligiendo “grandes daños a nuestras naves”. Por otra parte, para el militar inglés, en las islas los Pucará se convirtieron en “un enemigo letal”

“¿Cómo lo hicieron?”, general John Jeremy Moore

En oportunidad de las presentaciones realizadas el 14 de 1982 en Puerto Argentino, el comandante de las fuerzas terrestres británicas contó sus experiencias donde se encontró bajo bombardeo de los aviones argentinos en Monte Kent, recordando que la noche anterior en el último ataque por poco se salvó de ser volado con su puesto de comando por los ataques de los A-4B y MK-62, y en el estrecho de San Carlos al que llamaba “El callejón de las bombas”.

“¡Nos caeríamos!”, almirante John Forster «Sandy» Woodward

El 13 de junio de 1982 el jefe de la Fuerza de Tareas (Task Force) de la flota británica, había registrado en su diario: “Francamente, si los argentinos pudieran sólo respirar sobre nosotros, ¡nos caeríamos!” (…) En su declaración al parlamento británico en julio de ese año, dijo que, al momento de la rendición argentina, “estábamos ya quedando sin aire. Las fuerzas de tierra tenían solo seis balas por arma, y yo tenía tres fragatas inutilizadas”. Analizando la decisión argentina, Woodward planteó que, según su valoración, el enemigo podría haber estirado “la campaña durante unos diez días más y eso habría terminado con nosotros, no con ellos”.

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Galtieri hizo lo posible para que la Argentina espere 150 años

Sobrino de Fernando Belaúnde Terry, de quien fue secretario cuando su tío era presidente de Perú y Galtieri desembarcó en las Malvinas, Víctor Andrés García Belaúnde cuenta sus vivencias directas de la iniciativa peruana de buenos oficios.

 Por Martín Granovsky

Diputado por la Alianza Parlamentaria, que no está con el presidente Ollanta Humala ni con el fujimorismo, el congresista Víctor García Belaúnde visitó la Argentina dispuesto a contar la historia íntima de la intervención diplomática de su tío presidente en 1982.

–¿Por qué a su tío se le ocurrió elevar una propuesta diplomática después del 2 de abril de 1982? ¿Por qué se metió en el conflicto de las Malvinas?

–Me he hecho la pregunta veinte veces.

–¿Con qué respuestas?

–El origen de todo es la lectura, por parte de mi tío, de la resolución 502 de las Naciones Unidas.

–Eso fue al día siguiente del desembarco. El Consejo de Seguridad pedía el retiro de las fuerzas argentinas y les decía a Gran Bretaña y la Argentina que buscasen una solución diplomática a sus diferencias.

–Esa última parte le interesó al presidente Belaúnde porque vio una posibilidad de desarrollar una estrategia de buenos oficios. Rápidamente se comunicó con Buenos Aires y Washington. En Washington recibió la comunicación directamente Thomas Enders, el secretario adjunto para Asuntos Interamericanos. Se la trasladó al secretario de Estado, Alexander Haig, que justo estaba embarcando para Buenos Aires. A Haig le pareció interesante que Perú ofreciera sus buenos oficios. El problema es que algunos, en los Estados Unidos y en la Argentina, y también en Perú, no entendieron el fondo de la preocupación de mi tío.

–¿En qué sentido?

–Tenían una apreciación equivocada de la realidad. Pensaban que no habría guerra, y entonces se preguntaban para qué tanta batahola si no pasaría nada. Pero Belaúnde conocía bien la cultura inglesa. Sabía que por tradición los ingleses irían a la confrontación bélica y por eso planteó varias veces la negociación, aunque cada intento fracasara y fracasara porque no era escuchado. El 30 de abril de 1982, el propio Haig, evidentemente preocupado, se comunicó con mi tío, que hablaba inglés fluido, y le dijo: “Lo llamo a usted por encargo directo del presidente Ronald Reagan”. Haig no era cualquier general sino un jefe con honores y medallas, héroe de la guerra de Corea, asistente del general Douglas Mac Arthur. “¿Qué quiere que haga?”, preguntó Belaúnde. “Llame usted a Galtieri”, le dijo Haig, y le explicó que era útil la buena relación de Perú con la Argentina. Haig no sabía que mi tío había sido deportado por la dictadura de Juan Carlos Onganía y que no simpatizaba con los dictadores argentinos o peruanos, pero es verdad que Perú tenía buenas relaciones con el Estado argentino. Cuando Belaúnde acepta que llamará, Haig agrega: “Oiga, esto se lo digo como militar y como general. Gran Bretaña ganará de todas maneras, y mandará los barcos y los aviones que tenga que mandar hasta triunfar. Intervenga ante Galtieri porque no hay vueltas”.

–¿Galtieri contestó rápido?

–No. Se demoró. Atendió Nicanor Costa Méndez, el canciller, y recién después Galtieri. Empezaron a conversar sobre las sugerencias que mi tío había desarrollado con Haig, y que incluían el retiro de las dos fuerzas y las negociaciones.

–¿Qué le dijo Belaúnde a Galtieri?

–Esto: “Yo he notado que Haig ha hecho un gran esfuerzo para convencer a los británicos, que no están muy de acuerdo. Le imploro que acepte usted y mañana firmamos el acuerdo en Lima”. Galtieri, que lo venía llamando presidente y doctor, cuando mi tío era arquitecto, le contesta: “No me exija darle una respuesta ahora. Yo también tengo mi Senado”.

–¿La Junta Militar?

–No lo explicó. Mi tío se preguntaba qué Senado, en parte porque era una dictadura y en parte porque las decisiones de política exterior en un Estado las toma el presidente, no el Senado. “Ni yo consultaría a mi Senado por una cosa así”, me dijo. Ahí se frustró el tema, porque poco después Belaúnde recibió una llamada de Haig informándole sobre el hundimiento del Belgrano. Belaúnde llamó igual otra vez más a Galtieri, que estaba excitadísimo, y le mandó una perorata: le dijo que cómo era posible que hubieran hecho eso los ingleses, que justo los argentinos estaban por estudiar la propuesta, que estaban en reunión de la Junta cuando llegó el almirante Jorge Anaya con la noticia… Belaúnde le dijo: “En este tipo de conflictos, las horas y los minutos también son importantes. Se debió contestar en su momento y no se hizo. Hubiéramos evitado las consecuencias”. Galtieri siguió con su perorata. “No nos vamos a arrodillar”, repetía. Fue una pena, porque Margaret Thatcher, tal como señala en sus memorias, no estaba de acuerdo en compartir soberanía ni siquiera como fórmula transitoria, y llegar al texto y a la posibilidad de una reunión había costado mucho.

–Las dos claves parecen ser la falta de voluntad de aceptación de la Junta y de Galtieri y el hundimiento del Belgrano.

–La discusión es interminable, pero a mí me parece claro, por lo que saben los investigadores, que la decisión de hundir el Belgrano fue política más que militar. Los ingleses sólo habían aceptado a regañadientes la fórmula de paz de Belaúnde. Claro, luego de producido el hundimiento se cortaron las comunicaciones. Pero hubo una oportunidad más, luego del hundimiento del Sheffield. El planteo era el retiro simultáneo. Galtieri dijo: “Ya es muy tarde, hemos dejado todo en manos de la ONU y de Pérez de Cuellar”. Un absurdo. Javier Pérez de Cuellar era tan peruano como Belaúnde, pero estamos hablando del secretario general de la ONU que respondía ya, a esa altura de los acontecimientos, al Consejo de Seguridad. Mire, mi abuelo…

–Tío de su tío el presidente Belaúnde.

–Sí. Mi abuelo estuvo 25 años en la ONU como embajador. Presidió varias veces el Consejo de Seguridad y fue presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en un período, entre 1959 y 1961. Decía: “Si dos países recurren a la ONU, pueden pasar varias cosas. Si se enfrentan dos pequeños, triunfa la ONU. Si se enfrentan uno grande y uno pequeño, triunfa el grande. Y si se enfrentan dos grandes, se acaba la ONU”. Pero bueno, ocurrió lo segundo y se perdió otra oportunidad de negociar.

–¿Qué cálculo político, qué combinación de solidaridad e intereses guió a su tío en ese despliegue diplomático?

–Primero, la solidaridad con la Argentina. Haig le dijo que Gran Bretaña iba a ganar sí o sí, pero recuerde lo que le dije: Belaúnde ya lo pensaba por sí mismo. Fracasado el intento diplomático, Galtieri le pidió que recibiera a su secretario general de Presidencia, Héctor Iglesias. Llegaron con un petitorio de armas. Pidieron aviones Mig, soviéticos. Pero era ridículo, porque sólo los tenían Perú y Cuba. Perú acordó entonces darles Mirage V, más modernos que los Mirage III que tenía la Argentina. Se habían comprado en el ‘68. Era muy modernos y estaban muy bien mantenidos. También hubo envío de misiles, de tanques para los Mirage argentinos, de aviones de transporte del estilo de los Hércules.

–¿Cómo salió Perú de las gestiones y de la guerra?

–Con la Argentina, las relaciones fueron iguales o mejores hasta el incidente de la venta de armas a Ecuador. Con los Estados Unidos se mantuvieron bien. Con Inglaterra se enfriaron. Se lo muestran dos hechos. No hubo más intercambio militar, ni siquiera visitas de cortesía e incluso, durante 25 años, al Perú no le daban el visto bueno para tener agregado militar, de aviación y de ejército en Londres. Sin embargo, en los últimos años, la inversión inglesa en minería ha sido importante. Claro, la minería es un negocio que no tiene ruedas.

–Recientemente, el gobierno peruano impidió que atracara en El Callao un buque de guerra británico.

–Sí, es la política peruana tradicional. Lástima que en este caso hubo una descoordinación entre Defensa y Cancillería, y entonces primero se le dio autorización y luego no, porque el gobierno cayó en la cuenta de que llegaba justo en el aniversario número 30º de la guerra. No era una visita de amistad. Era una demostración de poderío. Además, antes tampoco Chile había autorizado que atracara allí la fragata.

–El mundo en el que intervino su tío buscando buenos oficios o entregando armas a la Argentina era el de la Guerra Fría. El de hoy es otro mundo. ¿Cómo juega para Perú la cuestión de las Malvinas?

–Hay algo que no cambió. Es un remanente del colonialismo del siglo XIX instalado en el siglo XXI. Hay que hacer presión dentro de América latina y de todos los países para que cese el colonialismo, empezando por no dar facilidades a Gran Bretaña en el continente. Si no hay un cierrapuertas, será muy difícil que cambie de posición. Perú tiene muy buenas relaciones con la Argentina, seguirá manteniendo con Londres relaciones cordiales o algo frías y conserva una buena relación con los Estados Unidos, que en ese momento vieron en nuestro país un actor mediador importante que se la jugó hasta el final con cartas limpias, con actitud caballerosa, transparente y decente. Los Estados Unidos de alguna manera creen que el colonialismo debe desaparecer, pero no le impondrán nada a Inglaterra. ¿Sabe qué dijo Galtieri en una de las conversaciones con mi tío?

–Cuénteme.

–“Yo no puedo esperar 150 años.” E hizo todo lo posible para esperarlo. La guerra no da derechos, pero haberla perdido de esta manera tan absurda es una segunda derrota. No sólo militar sino diplomática. Ahora, un punto importante será el nivel de los contactos y puentes que la Argentina construya con sus vecinos latinoamericanos. Hasta Chile con Sebastián Piñera está cambiando de posición. Basta compararla con el momento en que Thatcher visitó a Pinochet en Londres y le agradeció el apoyo en la guerra. El apoyo y la información, ¿no? El objetivo de la Argentina, y de sus amigos, debería ser neutralizar la solidez de la posición británica y producir mayores costos para lograr que un día busque, sin arriar sus banderas, una negociación para hallar una salida honrosa y llegar a un acuerdo que cambie la situación de hoy.

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